El postparto es una etapa sumamente desafiante para la mujer, caracterizada por una serie de retos emocionales y cambios físicos significativos. Uno de los desafíos más comunes es la diástasis abdominal, una condición que afecta a más del 60% de las mujeres que han dado a luz. Esta afección provoca que el vientre se abulte y puede llevar a la pérdida de orina, dolor durante las relaciones sexuales, estreñimiento, mala digestión y dolor abdominal. Además, entre el 20 y el 50% de las mujeres experimentan lesiones en el suelo pélvico, que pueden resultar en incontinencia urinaria o fecal, prolapso de los órganos pélvicos o disfunción sexual. Sin embargo, la conciencia sobre la importancia de una revisión postparto minuciosa que pueda detectar y tratar estos problemas a tiempo está aumentando.
Mi experiencia personal con el postparto después de tener a mi segunda hija me llevó a explorar cómo la tecnología puede ayudar en la recuperación posparto. A diferencia de mi primer parto, la recuperación esta vez fue más lenta y noté una falta de fuerza muscular. Una revisión con una fisioterapeuta especializada confirmó que tenía una diástasis abdominal y un suelo pélvico debilitado. Sin embargo, se sugería que la realización de ejercicios específicos podría corregir gradualmente estos problemas.
Para fortalecer mi suelo pélvico, utilicé tres dispositivos diferentes. Primero, utilicé el entrenador de suelo pélvico Elvie, un dispositivo que se inserta en la vagina y registra las contracciones. Se combina con una aplicación que transforma este ejercicio en un juego. Sin embargo, después de usarlo durante un tiempo, me pregunté si estaba haciendo los ejercicios correctamente, por lo que decidí probar otro dispositivo, el Perifit Care+. Este dispositivo también se inserta en la vagina y te indica si estás contrayendo correctamente.
Después de unas semanas, noté mejoría, pero aún quedaba mucho por hacer. Así que seguí el consejo de mi fisioterapeuta y probé un ejercitador de suelo pélvico Intimina, que incorpora vibración a la ecuación. Cada vez que el dispositivo vibra, hay que contraer el suelo pélvico. Esta vibración activa involuntariamente los músculos de la zona, lo que, sumado a la contracción voluntaria, hace que el tratamiento sea más completo.
En cuanto al abdomen, la recuperación fue más lenta. Las hormonas segregadas durante el embarazo hacen que los ligamentos y las articulaciones sean más móviles, una condición que persiste durante la lactancia y hace que los músculos estén hiperlaxos. Para tonificarlos, utilicé un electroestimulador Beurer EM-49 con función EMS, que ayuda a tonificar los músculos. Colocando estratégicamente sus cuatro electrodos en la zona del músculo transverso, este dispositivo me ayudó a recuperar la fuerza de esta zona más rápidamente.
Más recientemente, he estado utilizando un dispositivo llamado Foreo Bear 2 Body que emplea microcorrientes combinadas con masajes para tonificar, reafirmar y combatir la celulitis. Este dispositivo se vincula con una aplicación que te guía paso a paso para realizar el tratamiento correctamente y obtener los mejores resultados.
En resumen, la tecnología ha jugado un papel esencial en mi recuperación posparto. Aunque la recuperación después del parto puede ser un proceso lento y desafiante, el uso de dispositivos tecnológicos puede hacerla más efectiva y manejable.