El partido de extrema derecha alemán, Alternativa para Alemania (AfD), se encuentra en una fase de transición tras ser expulsado del grupo Identidad y Democracia (ID) en el Parlamento Europeo. En un intento por no quedar aislado en la arena política, AfD ha estado buscando nuevos aliados y parece haber encontrado potenciales compañeros de causa en varios países, incluyendo España, Polonia, Eslovaquia, Rumania y Hungría. Si estas conversaciones preliminares llegan a buen puerto, el nuevo grupo parlamentario se llamaría Los Soberanistas.
La decisión de expulsar a AfD del grupo ID surgió tras una serie de escándalos y controversias, incluyendo comentarios ofensivos hechos por su principal candidato a las elecciones europeas, Maximilian Krah, sobre las SS nazis. A pesar de los esfuerzos de AfD por revertir la situación deshaciéndose del candidato problemático, los partidos miembros de ID, incluyendo el Reagrupamiento Nacional (RN) de la francesa Marine Le Pen, se negaron a readmitir al partido alemán.
La noticia de los planes de AfD de formar un nuevo grupo parlamentario fue revelada por el semanario Der Spiegel, que recibió accidentalmente un correo electrónico en el que un representante de AfD solicitaba al Parlamento una sala y catering para 100 personas para «la reunión constitutiva de un nuevo grupo parlamentario«.
Los potenciales partidos que podrían formar parte de este nuevo grupo incluyen SOS Rumania, Se Acabó la Fiesta de España, el NIHK (Movimiento Patriótico Democrático) de Grecia, la Konfederacja Wolno i Niedpodległo (Confederación de la Libertad y la Independencia) de Polonia, el Hnutie Republika (Movimiento de la República) de Eslovaquia y el partido húngaro Hazánk Mozgalom (Nuestra Patria). Sarah Knafo, de La Reconquista francesa, también podría unirse al grupo.
Para formar un grupo parlamentario en el Parlamento Europeo, se requiere que al menos 23 eurodiputados de siete países diferentes se unan. Con 14 eurodiputados de AfD, las cifras parecen cuadrar, aunque la lealtad y la fiabilidad de las promesas hechas hasta ahora son aún inciertas.
Las negociaciones entre AfD y los partidos mencionados no han estado exentas de tensiones y dudas. János Árgyelán, vicesecretario general del Movimiento de la Patria Húngara, confirmó las negociaciones con AfD, pero también reveló que las ideas extremas del partido alemán generan dudas entre los ultraderechistas húngaros. Por su parte, la eurodiputada Anna Bryka, de la Konfederacja polaca, expresó su escepticismo sobre la posibilidad de unirse a un nuevo grupo de extrema derecha liderado por AfD.
Dentro de las filas de AfD también existen preocupaciones sobre cómo esta estrategia podría ser percibida por su base de votantes. Algunos temen que formar un nuevo grupo parlamentario con otros pequeños partidos de derechas pueda dañar la imagen del partido si no son ellos los que lideran la agenda.
Por otro lado, Der Spiegel informó que la nueva facción podría basarse en la llamada Declaración de Sofía del partido prorruso de extrema derecha Rebirth (Wasraschdane) de Bulgaria. Según este documento, la civilización europea está «amenazada por la agresión de las ideologías globalistas» y es necesario detener la burocracia de la UE y liberarla de las corporaciones internacionales.
Pese a estas dificultades, la líder de AfD, Alice Weidel, ha prometido trabajar duro para encontrar nuevos socios para el partido. Sin embargo, el objetivo principal de AfD no es Europa, sino Alemania. En 2023, AfD contaba con 40.000 afiliados y ahora son 48.000, con una campaña en marcha para superar los 50.000 miembros para la segunda mitad del año.