A tan solo una semana de la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia, Jordan Bardella, líder del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN), está listo para asumir las riendas del gobierno. Bardella se considera a sí mismo como «la única alternativa creíble» a la corriente política de Macron en Francia, conocida popularmente como macronismo.
Según Bardella, su gobierno sería de mano dura, destinado a restablecer el «orden» en las calles y en las cuentas públicas de Francia. Para ello, propone medidas drásticas e inmediatas, como la eliminación de la adquisición de la nacionalidad francesa mediante el histórico derecho de suelo. Esta propuesta, que implica un cambio radical en la política de inmigración del país, ha sido objeto de críticas y controversia.
En una conferencia de prensa reciente en París, Bardella formalizó su programa de gobierno, con la presencia de líderes importantes del RN, incluyendo a Marine Le Pen y al nuevo aliado electoral, el presidente nominal del partido conservador tradicional Los Republicanos, Éric Ciotti. Bardella declaró que sería el primer ministro que colocaría la autoridad en el centro de la acción de gobierno, con el objetivo de proteger a todos los franceses, especialmente a las mujeres.
Bardella ha hecho hincapié en el restablecimiento del orden republicano y en el regreso de la seguridad en todas partes para todos los franceses, en respuesta a lo que considera la «capitulación de Macron en todos los dominios». Propone un «big bang de autoridad» y tolerancia cero con la delincuencia.
Aunque Bardella ha reiterado que solo gobernará si logra la mayoría absoluta, no ha dejado claro qué hará si se queda a solo un puñado de diputados de los 289 escaños que se ha fijado como objetivo. Asegura que, si es primer ministro, será «respetuoso con la institución» que encarna Macron, pero que no será jamás «colaborador» del jefe de Estado.
Por su parte, Emmanuel Macron, ha asegurado en una «carta» publicada en la prensa regional que, independientemente del resultado de la segunda vuelta del 7 de julio, tiene previsto acabar su mandato y ejercer de «protector» de la República.
El candidato del RN tiene dos momentos de acción en mente: uno de «urgencias», con medidas a aplicar tan pronto como asuma el poder, y otro de «reformas», que comenzarán a partir del otoño con proyectos de ley y reformas constitucionales, si fuera necesario. Entre las urgencias, Bardella ha establecido el endurecimiento de las condiciones de reagrupación familiar, la suspensión de todas las regulaciones de inmigrantes irregulares y la facilitación de la expulsión de delincuentes extranjeros.
Además, Bardella propone la reintroducción de penas mínimas para delincuentes reincidentes, ataques contra funcionarios públicos o delitos de tráfico de drogas. También sugiere eliminar las ayudas públicas a los padres de menores de edad delincuentes reincidentes.
En el ámbito de la educación, Bardella propone un «big bang de la autoridad» en las escuelas, con la prohibición de teléfonos móviles, la reinstauración de «penas mínimas en consejos disciplinarios» y la creación de centros especializados para «alumnos acosadores o que causan perturbaciones» al orden en clase.
Estas propuestas forman parte del plan de Bardella para combatir la «descivilización» y la creciente inseguridad en el país desde sus raíces. Sin embargo, algunos críticos sostienen que estas medidas, lejos de resolver los problemas del país, podrían aumentar las tensiones y profundizar las divisiones existentes en la sociedad francesa.