Un icono de la industria automotriz, el Porsche 911 ha mantenido características consistentes a lo largo de sus 60 años de existencia. En la mayoría de los casos, cuando pensamos en un Porsche 911, pensamos en un automóvil deportivo 2+2 con motor trasero y una silueta de fastback. Un elemento distintivo de este vehículo son sus faros delanteros redondos y saltones que se han mantenido desde el 901 original hasta la generación actual, el 992 post restyling. Sin embargo, hay momentos en la historia del automóvil donde se ha experimentado con un Porsche 911 sin los característicos faros redondos.
Uno de esos ejemplos ocurrió en la década de 1980, cuando Mansour Ojjeh, propietario de TAG y socio de Porsche en McLaren en Fórmula 1, quería un Porsche 911 con el morro del 935 de morro plano, también conocido como Slant nose o Flachbau. Este diseño de faros retráctiles tenía una ventaja aerodinámica, ya que con los faros plegados durante el día ofrecía menor resistencia al aire, una característica valiosa para las largas rectas de Le Mans.
Los faros retráctiles del 935 resultaron populares en la década de 1980, ya sea por razones aerodinámicas o puramente estéticas. Vehículos como el Honda Civic, Toyota Sprinter Trueno, Mazda MX-5, Ferrari Testarossa y Chevrolet Corvette C4, e incluso el propio Porsche 944, adoptaron este diseño. Porsche ofreció este kit a todos aquellos que estuvieran interesados en tener un 935 con faros retráctiles, ya sea por su ventaja aerodinámica, su estética o como forma de mostrar su amor por la marca y sus éxitos en Le Mans y otras carreras de resistencia.
La generación 996 del Porsche 911 también trajo cambios significativos a la estética del vehículo. Este modelo, que fue un cambio radical respecto al 993, introdujo la refrigeración por agua en lugar de la refrigeración por aire que se había mantenido hasta el 993. Sin embargo, lo que realmente rompió con la tradición fue el cambio de los faros redondos por lo que se conoció como faros en forma de huevo frito. Aunque en su momento fue criticado, estos faros han ganado popularidad con el paso del tiempo y se están convirtiendo en clásicos interesantes.
Este cambio no solo sirvió para refrescar la imagen del 911, sino que también se adoptó como frontal común para el Boxster, un modelo que nació en ese momento y perdura hasta nuestros días. Esta estética también se utilizó para el lanzamiento del primer SUV de la marca, el Cayenne original, que en gran medida contribuyó a salvar las finanzas de la firma.
En cuanto al futuro del Porsche 911, es posible que veamos más experimentación con el diseño de los faros. En Internet se pueden encontrar miles de diseños originales, desde renders interesantes hasta creaciones que afortunadamente se quedan solo en diseños. Algunos incluso han reinterpretado el 911 con el morro del Taycan. Aunque por ahora no parece que Porsche vaya a tomar ese camino, siempre es posible que veamos cambios en la próxima generación de este icónico vehículo.