Donald Trump solicita el apoyo de los cristianos conservadores sin tomar una postura clara sobre el aborto | Elecciones EE.UU.

EL PAÍS

El expresidente Donald Trump ha hecho una aparición en el último mitín previo al debate televisado que le enfrentará a su rival demócrata, Joe Biden, este jueves. Sin embargo, antes de dirigirse a Filadelfia, Trump se reunió en Washington con un segmento crucial de su electorado: los cristianos conservadores.

En un evento organizado por la Coalición Fe y Libertad, Trump se presentó como un defensor de la libertad religiosa y un mártir de los creyentes estadounidenses, al mismo tiempo que denunciaba lo que describió como una persecución masiva de los cristianos. «Tengo heridas por todas partes», exclamó, haciendo referencia a sus problemas legales, como si fueran estigmas.

Sin embargo, Trump evitó una cuestión clave de la campaña, también en las filas demócratas: el derecho al aborto. Ante los asistentes a la reunión en Washington, Trump, cuya vida privada ha sido objeto de escrutinio, reiteró su postura de que las restricciones al aborto deben ser decididas por los votantes en cada estado, no a nivel federal. Esto contradice la opinión de la mayoría de los cristianos conservadores.

«Hemos sacado el aborto del Gobierno federal y lo hemos devuelto a los Estados. El pueblo decidirá, y así es como debe ser», dijo Trump, según la agencia Reuters.

Trump ha sido cauteloso durante la campaña al hablar sobre el aborto, consciente de lo delicado que es este tema para los republicanos y, en particular, para el segmento evangélico del electorado, con figuras prominentes como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.

Trump ha insistido en que los republicanos corren el riesgo de perder las elecciones si adoptan una postura demasiado dura contra el aborto. De hecho, el modesto resultado que el partido obtuvo en las elecciones de medio término de 2022 se atribuye a la decisión de la Corte Suprema, que eliminó en junio de ese año la garantía constitucional del procedimiento. Desde entonces, la defensa del derecho al aborto por parte de Biden, un reconocido católico, se ha convertido en uno de los principales puntos de su programa.

Mientras Biden pasaba el fin de semana preparándose para el debate del jueves en la residencia de verano de Camp David, Trump aprovechó para abordar el tema de la inmigración, criticando una vez más a los inmigrantes, a quienes calificó de «duros» y que, según él, «vienen de las cárceles y de muchos otros lugares».

La propuesta de Trump de eliminar el Departamento de Educación recibió un gran aplauso. Esta medida no sólo se encuentra entre sus planes para reducir el Estado, sino que también es una reivindicación de los cristianos más conservadores, que acusan a Washington de socavar la educación basada en la fe.

Trump también está intentando atraer a los votantes negros e hispanos, como lo demuestran las encuestas. La última encuesta de NPR/PBS muestra un empate del 49% de votos entre los dos candidatos si las elecciones se celebraran ahora. Por eso, Trump cambió su audiencia mayoritariamente blanca y evangélica por un auditorio afroamericano en su mitin en la Universidad de Temple, una zona históricamente negra de Filadelfia y un feudo demócrata tradicional.

A pesar de tener pocas probabilidades de ganar la ciudad, donde Biden arrasó hace cuatro años, algunas encuestas favorecen ahora a Trump entre esas dos minorías. Biden, en teoría, tiene una ventaja entre los afroamericanos.

En el mitin de la Universidad de Temple, Trump se burló suavemente de la reclusión de Biden en Camp David para preparar el debate del jueves y elogió a algunos candidatos presidenciales independientes o de terceros partidos, como el intelectual Cornell West y Jill Stein, del Partido Verde, porque quitan votos a los demócratas.

En las puertas del campus, docenas de manifestantes anti-Trump con camisetas de sindicatos corearon «¡Enciérrenlo!», en referencia al reciente veredicto por el caso Stormy Daniels.

Deja una respuesta