Biden-Trump, un debate intenso que puede determinar el resultado de las elecciones en Estados Unidos | Elecciones USA

EL PAÍS

El 26 de septiembre de 1960, el primer debate presidencial en los Estados Unidos marcó la historia. John Fitzgerald Kennedy, un candidato telegénico y bien preparado, se enfrentó a un Richard Nixon pálido y descuidado. Como se narra en los libros de Alan Schroeder, uno de los mayores expertos en debates presidenciales, «Cuando todo acabó, un hombre salió del estudio como presidente de Estados Unidos. No tuvo que esperar hasta el día de las elecciones».

Hoy, Joe Biden y Donald Trump, quienes también ya han ocupado la Casa Blanca, enfrentan circunstancias similares. Ambos son candidatos conocidos, y se enfrentarán este jueves en un debate que puede cambiar el rumbo de las elecciones del 5 de noviembre. Este debate es particularmente trascendental, dado que las encuestas están muy ajustadas y, por primera vez, uno de los participantes es un delincuente convicto.

Para evitar interrupciones constantes y mantener un debate productivo, la CNN, la cadena que organiza y transmite el debate desde sus estudios en Atlanta, ha decidido silenciar el micrófono de quien no tenga el uso de la palabra. El debate se llevará a cabo sin público, una medida adoptada para evitar una batalla de aplausos y abucheos.

Estas dos reglas parecen favorecer a Biden, ya que Trump se siente más cómodo en un ambiente caótico y su discurso suele enardecer a sus seguidores. Trump, sin embargo, ha ganado el sorteo que le permite elegir el lado del escenario o cerrar el debate.

El debate, que durará 90 minutos, tendrá dos interrupciones publicitarias. Durante estos descansos, los candidatos, de 81 y 78 años respectivamente, podrán ir al baño, pero no hablar con sus asesores. No habrá intervenciones de apertura, y se pasará directamente a las preguntas de los moderadores. Cada candidato tendrá dos minutos para responder, seguidos de un minuto de réplica y otro de contrarréplica.

Ni Biden ni Trump han participado en debates desde que se enfrentaron por última vez el 22 de octubre de 2020. Biden ha pasado el tiempo desde entonces preparándose para el debate en Camp David con su equipo de asesores, mientras que Trump, famoso por su habilidad para improvisar, ha continuado con su agenda pública.

Este debate llega más pronto que nunca, unos tres meses antes de lo habitual. La razón detrás de esta decisión es que los electores comienzan a votar de forma anticipada ya en septiembre. Ambos candidatos han acordado dos enfrentamientos, el de este jueves en la CNN y otro el 10 de septiembre en la cadena ABC.

En el debate, ambos candidatos enfrentarán un exigente examen. Para Biden, su agudeza mental y estado físico estarán en juego. La percepción generalizada entre los votantes es que es demasiado mayor para el cargo, una impresión que ha intentado combatir. Por otro lado, Trump tendrá que manejar la etiqueta de delincuente y su disposición a aceptar el resultado electoral.

Los temas de discusión durante el debate serán variados, pero la inmigración, la seguridad ciudadana, la economía, el aborto, la política exterior y la propia democracia probablemente no sean los que decidan el debate. Lo que más se recuerda de los enfrentamientos de 2020 es cómo Biden hizo frente a las constantes interrupciones de Trump en el primer choque: «¿Te vas a callar, hombre?».

Este debate promete ser un evento crucial en las elecciones de Estados Unidos, y el mundo estará observando.

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