La Defensoría de la Niñez en Chile ha revelado un estudio que destaca las principales preocupaciones de los niños, niñas y adolescentes que están bajo el cuidado del Estado. Realizado desde el año 2022, el estudio ha incluido visitas a un 80% de las residencias en todo el país y ha aplicado 656 encuestas a residentes de entre 10 a 18 años.
El Defensor de la Niñez, Anuar Quesille, indicó que la información recopilada es de gran relevancia ya que identifica claramente las inquietudes de los jóvenes. El estudio asegura una participación efectiva de los niños, niñas y adolescentes respecto de las políticas públicas que les impactan y las instituciones con las que se relacionan.
Las principales preocupaciones de los encuestados son múltiples y variadas. Un 45% de los niños, niñas y adolescentes encuestados se sienten intranquilos con sus compañeros de residencia, mientras que un 38% dice que no son tratados correctamente por sus compañeros de residencia. Un 34% se siente incómodo en su residencia.
Aparte de las preocupaciones interpersonales, otros problemas incluyen la falta de personal, la rotación y falta de reemplazos de los cuidadores. Los niños, niñas y adolescentes manifiestan estrés y miedo ante la falta de actividades y talleres que los preparen para el futuro como adultos.
Además, un 24% de los niños, niñas y adolescentes sienten que no hay suficientes cuidadores en su residencia, un 17% no recibe apoyo para sus deberes escolares, y el 24% no ha tenido apoyo para la vida independiente.
El estudio también revela que la desvinculación con hermanos o hermanas es un tema de especial atención entre los niños, niñas y adolescentes bajo cuidado del Estado. El 94% de ellos tiene hermanos, pero solo el 16% vive juntos, lo que también se vincula a que no los visita ninguna figura significativa para ellos. El 32% dice que no los ha ido a visitar nadie importante en el último mes y el 20% señala que su familia vive lejos de la residencia.
La salud mental es reconocida como un derecho, una urgencia y una prioridad por los jóvenes encuestados, pero la relacionan directamente como una de las causas más importantes de la violencia o los malos tratos entre pares. Un 38% de los niños, niñas y adolescentes encuestados dicen que no pueden ir siempre que lo necesitan a un psicólogo, y un 43% que no puede ir siempre que lo necesita a un psiquiatra.
Los encuestados también expresaron preocupación por el consumo de drogas y la necesidad de contar con recintos especializados de rehabilitación donde los niños, niñas y adolescentes que sufren esta problemática puedan ser contenidos, atendidos y tratados médica y psicológicamente. Indicaron que las esperas en el sistema público de salud son muy largas.
Un hallazgo preocupante del estudio es que un 51% de los niños, niñas y adolescentes no saben, nadie les explicó o no entienden por qué están viviendo en una residencia. El 54% de ellos, además, dice haber vivido en más de una de ellas.
En general, los jóvenes manifestaron que en los Centros de Reparación Especializado de Administración Directa (CREAD) había más violencia entre pares, pero estos ofrecían una amplia oferta de talleres, contaban con personal especializado en salud mental, y tenían desarrollo de habilidades para el futuro.
El Defensor de la Niñez, Anuar Quesille, concluye que el Estado sigue en deuda con estos niños y niñas. Aunque se han logrado avances en ciertos temas, como la implementación de la Ley de Garantías, aún es necesario un cambio de paradigma para pasar a un modelo de derechos humanos, enfocado en las necesidades de los niños, niñas y adolescentes.
Quesille enfatiza que la sociedad necesita un cambio de mentalidad, en el que se entienda que todo el Estado es responsable del cuidado de estos niños y niñas, y que un solo Servicio no da abasto. Todos los organismos responsables deben asumir su rol y trabajar para garantizar sus derechos.