CIBEROBN y la Universidad de Zaragoza llevaron a cabo un estudio sobre cómo la lactancia materna y el método de alimentación complementaria influyen en el comportamiento alimentario de los niños preescolares. Esta valiosa información fue obtenida del análisis de datos de 1.215 niños de entre 3 y 6 años que participan en el estudio Corals en siete ciudades españolas.
La investigadora Daniela Ortega, quien estuvo supervisada por Luis Moreno, investigador principal del grupo Genud, y las investigadoras María Luisa Miguel y Pilar de Miguel, pertenecientes al CIBEROBN y la Universidad de Zaragoza, trabajaron en el estudio. También contaron con la colaboración de varios equipos del CIBEROBN como la Universidad Rovira i Virgili y el Instituto de Investigación Pere Virgili (URV-IISPV), el Instituto Maimónides de Investigaciones Biomédicas de Córdoba (IMIBIC), el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS), la Universidad de Valencia, el Instituto IdisNA de Investigación Sanitaria y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona.
Los investigadores descubrieron que los niños que fueron amamantados durante 4 meses o más presentaron niveles más bajos de selectividad alimentaria en la etapa preescolar en comparación con aquellos que fueron amamantados por menos de 1 mes. El método de introducción de alimentos sólidos también resultó ser importante para el comportamiento alimentario.
Los niños que comenzaron con el método Baby-Led Weaning (BLW), en el que los alimentos se ofrecen en trozos, o con un método mixto (50% alimentos en papillas y purés y 50% alimentos en trozos) mostraron mayor disfrute de la comida y menor selectividad alimentaria que aquellos que iniciaron la alimentación complementaria con el método tradicional de cuchara.
Estos hallazgos respaldan investigaciones previas que sugieren que una lactancia materna prolongada promueve hábitos alimenticios más saludables en los niños, a través de la adquisición del gusto por una variedad de alimentos, a través de la exposición repetida a diferentes sabores y composición nutricional que refleja la dieta materna.
Los resultados en relación al método de introducción de sólidos resaltan la importancia de las prácticas de alimentación perceptiva, donde los padres y cuidadores permiten la autoalimentación de los lactantes, respetando sus señales de hambre y saciedad, exponiéndolos también a una variedad de texturas desde el inicio de la alimentación complementaria.
Para padres y cuidadores, estos hallazgos subrayan los beneficios de adoptar prácticas de alimentación que apoyen la autorregulación y expongan a los niños a una variedad de sabores y texturas desde una edad temprana. Promover una lactancia materna prolongada e introducir alimentos en trozos o con diferentes texturas ya sea mediante el método BLW o mixto pueden impactar positivamente en los comportamientos alimentarios de los niños reduciendo la selectividad alimentaria y fomentando una relación positiva con la comida, a través del disfrute de los alimentos.
Para aquellos interesados en profundizar en los detalles del estudio, pueden consultar el artículo de referencia: «Early feeding practices and eating behaviour in preschool children: The CORALS cohort». Publicado por Ana Daniela Ortega-Ramírez, Ivie Reis Maneschy, María L. Miguel-Berges, Belen Pastor-Villaescusa, Rosaura Leis, Nancy Babio, Santiago Navas-Carretero, Olga Portoles, Ana Moreira entre otros autores, el 09 de Junio de 2024. Este artículo está disponible en el siguiente enlace: https://doi.org/10.1111/mcn.13672.