En la madrugada del jueves, un trágico accidente ferroviario sacudió la comuna de San Bernardo, dejando dos personas muertas y nueve heridas. Las víctimas fatales fueron identificadas como Daniel Vega y José Bonín, ambos empleados de la empresa de transporte ferroviario Fepasa.
David Fernández, gerente general de Fepasa, informó que las víctimas eran trabajadores experimentados con una amplia trayectoria en el sector. Según Fernández, la locomotora que operaban «iba en la línea correcta» en el momento del incidente.
Daniel Vega, uno de los fallecidos, se desempeñaba como maquinista en Fepasa. Tenía 43 años y era padre de tres hijas de 17, 12 y 10 años. Según los informes, Vega soñaba con mudarse al sur y, de hecho, había comprado una casa para usar durante el verano.
Vega vivía en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Un vecino describió a Vega como «un hombre muy inteligente». Según este testimonio, Vega era un «hombre multifacético» que era un buen padre y esposo y había trabajado en los ferrocarriles durante dos décadas. Vega era originario de Puerto Montt.
La otra víctima, José Bonín, también era maquinista de Fepasa. Tenía 58 años y había trabajado durante más de dos décadas en el sector ferroviario. Durante este tiempo, Bonín también se desempeñó como dirigente sindical. Sin embargo, en el momento del trágico accidente, Bonín estaba trabajando como acompañante en el tren.
El cuñado de Bonín cuestionó las circunstancias de su muerte, planteando dudas sobre las medidas de seguridad en el lugar del accidente. «Tenemos muchas preguntas. Una acción de esta envergadura no debió haber ocurrido», expresó, destacando la necesidad de sistemas de respaldo y tecnología de seguridad más avanzada en el sector ferroviario.
Este devastador accidente ha conmocionado a la comunidad y ha resaltado las preocupaciones acerca de la seguridad en los trenes. Mientras las familias de las víctimas y la comunidad en general buscan respuestas, la investigación sobre las causas del choque y las posibles fallas en los protocolos de seguridad sigue en marcha.
Los detalles de las vidas de las víctimas y el testimonio de los seres queridos dan un rostro humano a este trágico suceso. Ambos hombres, con años de experiencia en su campo y con la pérdida de sus vidas, dejan un vacío inmenso en sus familias y en la comunidad de la compañía de transporte ferroviario.
La pérdida de Daniel Vega y José Bonín en este accidente es un recordatorio de los riesgos inherentes al trabajo en el sector ferroviario. Ambos hombres, aparentemente cumpliendo con sus deberes y con las normas de seguridad, se encontraron en una situación trágica e impredecible. Sus muertes plantean preguntas importantes sobre las medidas de seguridad en el sector ferroviario y cómo se pueden mejorar para proteger a los trabajadores.
El choque de trenes en San Bernardo, que resultó en la muerte de Vega y Bonín, es un incidente que no se puede ignorar. Es un recordatorio para todos nosotros de la necesidad de sistemas de seguridad sólidos y efectivos en todos los aspectos de nuestras vidas, especialmente en el lugar de trabajo.