La tensión entre la administración estadounidense e Israel ha sido una constante en los últimos años, con una serie de desacuerdos y conflictos en torno a cuestiones de pasado, presente y futuro. Uno de los factores menos discutidos, pero de suma importancia, es la visión que el Ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, está tratando de implementar en Cisjordania. Su enfoque, si se lleva a cabo, podría tener un impacto significativo en la ya delicada situación en la región, lo que agrega otra capa de complejidad a las relaciones entre Israel y Estados Unidos.
Mientras que el otro líder ultranacionalista en la coalición, Itamar Ben Gvir, atrae la atención de los medios de comunicación con su retórica incendiaria y sus ataques contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y el presidente estadounidense Joe Biden, Smotrich actúa con más sutileza y eficacia. Como ministro de Defensa, sus acciones tienen el potencial de causar cambios tangibles en el territorio ocupado por Israel a Jordania durante la guerra del 67.
Smotrich busca fomentar una mayor inversión, desarrollo y construcción en las colonias, que son consideradas ilegales por la comunidad internacional, y busca la legalización o aceptación oficiosa de enclaves dispersos sin permiso en numerosas colinas en Cisjordania. Al mismo tiempo, tiene la intención de castigar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a la que acusa de apoyar el terrorismo, y a largo plazo, de evitar la creación de un Estado palestino.
Las recientes matanzas en Gaza han reforzado su convicción de que la retirada de Israel solo resulta en ataques por parte de los terroristas. «No permitiremos la creación de un Estado terrorista en Judea y Samaria, en el corazón de la Tierra de Israel», afirmó Smotrich, advirtiendo que intentará evitar la creación de un Estado palestino con acciones concretas en el terreno.
Smotrich ha tratado de influir de manera decisiva en el organismo militar encargado de la administración civil en Cisjordania, que se encarga de tomar medidas contra las construcciones no autorizadas de israelíes y palestinos en la Zona C, que comprende el 60% de Cisjordania. Después de una dura lucha con el Ministro de Defensa, Yoav Gallant, Smotrish nombró a Hillel Roth, un hombre de su confianza, como su número dos en este organismo, para tener más poder en las decisiones sobre el disputado y sensible territorio.
La visión de Smotrich y los instrumentos a su alcance para promoverla son motivo de preocupación no solo en la sede presidencial de la Mukata en Ramala, sino también en la Casa Blanca en Washington y en la sede del ministerio de Defensa y el Ejército en Tel Aviv. La Autoridad Nacional Palestina ha denunciado que «Smotrich y el sector ultra buscan destruir cualquier posibilidad de la creación de un Estado palestino con Jerusalén Oriental como capital».
EE.UU y los jefes de los organismos de seguridad israelíes han advertido que las acciones de Smotrich pueden provocar un aumento de atentados y el caos en Cisjordania, beneficiando a Hamas, que sigue aspirando a tomar su control en detrimento de Al Fatah.
Smotrich se está aprovechando de la debilidad política de Netanyahu, quien, especialmente tras las críticas por el 7 de octubre, está haciendo todo lo posible para mantener su coalición y evitar un adelanto electoral. Además, EE.UU, que en los últimos meses comenzó a sancionar a los colonos acusados de actos violentos contra civiles palestinos, no mantiene ningún contacto con Smotrich, por lo que su presión se dirige a Netanyahu. Su temor es que, si se cumplen todos los planes del ala más radical en su coalición, la solución de dos estados podría ser enterrada de manera oficial y la inestabilidad aumentaría en una zona ya de por sí convulsionada.
Smotrich considera el ataque yihadista del 7 de octubre como una demostración de que es necesaria su ideología sin concesiones en Cisjordania. «Incluso el último de los mohicanos que vive en el concepto mesiánico de que tenemos algún socio que busca la paz despertó a la realidad y se dio cuenta de que en la Franja de Gaza hay dos millones de personas que quieren asesinar, masacrar, quemar y violar a cada judío dondequiera que esté. Para ellos todos somos colonos», afirmó en la Knesset.