Bugatti acaba de lanzar su nuevo hiperdeportivo de 1.800 CV, el Bugatti Tourbillon, que ha dejado a todos boquiabiertos. Este vehículo reemplaza al anterior modelo, el Chiron, y se coloca directamente en competencia con el Koenigsegg Jesko y el Pagani Utopia. Su arma más poderosa para superar a estos competidores es un enorme motor V16 híbrido lleno de secretos que estamos a punto de desvelar.
El motor V16 es una joya de la ingeniería que bien podría no haber existido. En las primeras etapas de desarrollo del Bugatti Tourbillon, se consideró hacerlo completamente eléctrico, especialmente después de que Rimac se uniera al grupo Volkswagen como socio tecnológico. Sin embargo, fue Mate Rimac, el CEO tanto de Rimac como de Bugatti, quien insistió en crear un hiperdeportivo híbrido. Esto llevó al desarrollo de un motor completamente nuevo, aún más especial que el W16 de los modelos Veyron y Chiron.
El motor V16, atmosférico para garantizar la mejor respuesta y sonido, utiliza la hibridación para obtener un rendimiento adicional. Todo esto se enmarca en la apuesta de Bugatti por la innovación y la mejora constante de su tecnología de propulsión.
El Bugatti Tourbillon tiene un peso de 1.995 Kg, lo que lo hace igual de pesado que el Chiron. Sin embargo, el trabajo de aligeramiento del peso ha sido fundamental para evitar el exceso de peso que implica tener un sistema híbrido de 4 motores y 1.800 CV de potencia máxima combinada. Solo en el motor V16 se han logrado ahorrar 184 Kg, lo que deja el peso final del nuevo propulsor en 252 Kg. Esto se ha conseguido gracias al uso de aleaciones de aluminio, titanio y fibra de carbono en su construcción.
Una curiosidad sobre el motor V16 es que el cigüeñal tiene un metro de longitud. En comparación con el W16, el V16 es un motor más estrecho y bajo, a pesar de tener las bancadas a 90º.
Han pasado 86 años desde que vimos por última vez un coche de producción con un motor de 16 cilindros en V. Los últimos exponentes de este tipo de motor fueron los prototipos Cadillac Sixteen con motor 13.6 V16 (2003) y Rolls-Royce 100EX concept con un 9.0 V16 de origen BMW (2004). Por lo tanto, con permiso del Cizeta Moroder V16T del que apenas se produjeron 13 unidades, el verdadero último coche de producción en serie con motor V16 fue el Cadillac Series 90 de 1938 con motor 7.1 V16 de 185 CV.
Bugatti ha decidido recuperar este tipo de motor como símbolo de exclusividad y diferenciación, usándolo como reemplazo del también único W16, aunque utilizando una configuración atmosférica para hacerlo aún más singular.
El motor 8.3 V16 atmosférico que utiliza el nuevo Tourbillon como su corazón principal es en realidad una obra conjunta de Bugatti y Cosworth. Si bien Bugatti es quien ideó la creación de un motor V16 y fabricará a mano todos y cada uno de los 250 motores que se prevé que se ensamblen, la firma francesa confió en el especialista británico Cosworth para el diseño y desarrollo del nuevo V16.
Bugatti eligió a Cosworth como socio debido a su amplia experiencia en el desarrollo de motores modernos, como el 6.5 V12 atmosférico del Aston Martin Valkyrie o el 3.9 V12 atmosférico de los GMA T.50 y T.33.
Al igual que sucedió con el Chiron y sus numerosas variantes, el Bugatti Tourbillon es solo el comienzo de un nuevo capítulo donde veremos una nueva oleada de hiperdeportivos. Por ello, debemos tener claro que el V16 de 1.000 CV y su sistema híbrido, capaz de elevar la potencia final hasta los 1.800 CV, aún tienen margen para seguir aumentando en términos de rendimiento.
De hecho, con una velocidad máxima de 445 Km/h para este nuevo Tourbillon y el Koenigsegg Jesko Absolut buscando establecer un nuevo récord de velocidad, todo indica que pronto veremos un Tourbillon Super Sport capaz de romper la barrera de los 500 Km/h.