En la constante lucha contra el cáncer, los avances médicos son signos de esperanza para los pacientes y sus familias. Uno de esos avances se ha visto en el uso de pembrolizumab, un anticuerpo monoclonal anti-PD1 que ha demostrado un impacto positivo en la supervivencia global de los pacientes con cáncer de riñón. Este avance representa una mejora notable en el pronóstico para estos pacientes, y es un hito importante en el tratamiento de este tipo de cáncer.
Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Riñón celebrado el 20 de junio, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha destacado los avances más relevantes en esta enfermedad. El cáncer de riñón representa aproximadamente el 3% de todos los tumores, siendo más común en hombres que en mujeres, y su edad media de presentación es a los 64 años.
Es importante resaltar que este tipo de cáncer es responsable de la muerte de más de 52.000 personas al año en Europa, con 9.208 casos nuevos cada año en España. Sin embargo, el diagnóstico incidental ha pasado a ser la principal vía de detección, lo cual ha llevado a la identificación de tumores renales en estadios mucho más tempranos y, en consecuencia, ha mejorado el pronóstico de esta enfermedad.
En cuanto a los tratamientos, estos han experimentado cambios significativos en los últimos años. El tratamiento adyuvante con pembrolizumab en pacientes con carcinoma renal con riesgo intermedio/alto aumenta la supervivencia global. Además, el mejor conocimiento de la biología molecular del carcinoma de células renales avanzado ha permitido identificar vías de señalización que juegan un papel crucial en la progresión de estos tumores.
El cáncer renal de células claras, que representa la mayoría de los casos de cáncer renal, a menudo presenta alteraciones en las vías de regulación de los procesos de angiogénesis. Aquí es donde entran en juego las terapias anti-VEGF (factor de crecimiento del endotelio vascular), que han demostrado ser efectivas en el tratamiento de este tipo de cáncer.
El conocimiento de la sinapsis inmunológica y la generación de nuevos anticuerpos inhibidores de inmuno-checkpoint han permitido la reincorporación de la inmunoterapia como una estrategia clave en el tratamiento del cáncer renal. Esta estrategia se basa en la idea de modular nuestro sistema inmune para recuperar su acción correcta contra el cáncer renal.
En cuanto a la secuenciación terapéutica, los pacientes con carcinoma renal avanzado suelen recibir una secuencia de diferentes tratamientos a lo largo de la evolución de su enfermedad. La elección del tratamiento en primera línea debe basarse en la disponibilidad de los tratamientos aprobados, el grupo pronóstico y las comorbilidades del paciente.
Las combinaciones de inhibidores tirosina-quinasa (TKI) e inmunoterapia han demostrado beneficio en tasas de respuesta, supervivencia libre de progresión (SLP) y supervivencia global (SG) en comparación con TKI en monoterapia. Algunas de estas combinaciones incluyen pembrolizumab + axitinib, nivolumab + cabozantinib o pembrolizumab + lenvatinib. Sin embargo, existen algunos subgrupos de pacientes en los cuales se puede considerar el tratamiento con TKI como sunitinib, pazopanib o tivozanib en monoterapia, especialmente en aquellas situaciones en las que las combinaciones no están disponibles.
Las combinaciones de inmunoterapia (ipilimumab + nivolumab) también han demostrado beneficio en supervivencia global en comparación con sunitinib en pacientes con pronóstico intermedio o pobre según la escala IMDC.
La segunda línea de tratamiento en cáncer de riñón va a estar condicionada principalmente por la terapia recibida en primera línea. En aquellos pacientes que son tratados con un TKI anti-VEGF en monoterapia, las opciones recomendadas de tratamiento son la inmunoterapia (nivolumab) o cabozantinib (TKI dirigido frente a VEGF, MET y AXL).
Finalmente, el estudio fase III LITESPARK-005 ha demostrado el beneficio de bezultifan (inhibidor oral de factor inducible por hipoxia HIF-2a) en supervivencia libre de progresión en pacientes previamente tratados con inmunoterapia y TKI. Este avance, junto con los demás mencionados, refleja el importante progreso que se está haciendo en el tratamiento del cáncer de riñón.