El miércoles pasado, la ciudad de Caracas, Venezuela, se vio inundada por una serie de manifestaciones tanto a favor del presidente Nicolás Maduro como en protesta contra la decisión tomada por los Estados Unidos de confiscar los activos de Citgo Petroleum Corporation (Citgo), la filial estadounidense de la petrolera estatal venezolana, PDVSA.
Los distritos de La Calendaría, San Agustín, Caricuao y La Pastora, entre otros, acogieron a multitudes de personas que se unieron en una marcha de protesta unificada contra lo que se ha denominado una acción ilegal por parte de los Estados Unidos. Los manifestantes expresaron su indignación por la venta de los activos de la empresa en Houston, Texas, y la consideraron un ataque directo a su soberanía y derechos.
Rosa Salas, la responsable política del eje dos de la parroquia La Calendaría, se dirigió a la cadena de noticias teleSUR para hacer eco del mensaje de los manifestantes a los Estados Unidos. Según Salas, las manifestaciones son una respuesta a las sanciones ilegales y unilaterales impuestas por los Estados Unidos contra Venezuela. “Estamos saliendo a la calle a decirle a EE.UU. que no más sanciones», afirmó Salas, «no más sanciones cuando nosotros, este pueblo venezolano quiere ser libre”.
Salas criticó a los Estados Unidos por intentar robar los bienes que pertenecen al pueblo venezolano. “El Gobierno de la Casa Blanca, ya que no puede por la vía democrática, está buscando la manera de cómo quitarnos nuestros bienes”, lamentó. La política hizo hincapié en que los venezolanos son democráticos y eligen a su presidente. Por lo tanto, no quieren más sanciones y han decidido ser libres en su país a través de medios democráticos.
El apoyo a la reelección del presidente Maduro en las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio también fue una nota destacada en las manifestaciones. Los manifestantes, vestidos con el rojo del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), portaban pancartas que expresaban su apoyo a Maduro.
Por su parte, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) condenó enérgicamente la medida de los Estados Unidos de despojar a Venezuela de Citgo. La alianza advirtió que esta acción ilegal profundiza la amenaza constante a la soberanía y al derecho al desarrollo de Venezuela. La medida, afirman, viola los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional.
El bloque regional sostuvo en un comunicado que Washington «busca hacerse de activos que no le pertenecen, para imponer su agenda ilegítima y supremacista de intervención en asuntos internos de otros Estados”.
El gobierno de Maduro calificó la venta forzosa de acciones de su firma energética como un “robo vulgar” y consideró la medida un nuevo episodio de la agresión multiforme por parte del país norteamericano contra Venezuela. Caracas asegura que adoptará todas las medidas para evitar lo que llama el mayor robo de la historia. Se espera que el proceso de subasta finalice en el próximo julio.