La historia del Gran Premio de España de Fórmula 1 y su sede, el Circuit de Catalunya, han estado marcadas por múltiples desafíos organizativos y climáticos que han forjado su reputación actual. Durante los últimos años, la creciente popularidad de este deporte ha resultado en un incremento en la asistencia al evento, lo que ha causado caos en la organización del aparcamiento. Sin embargo, estos problemas no son nuevos en el Circuit de Catalunya. Desde su inauguración, el circuito ha tenido que enfrentarse a situaciones imprevistas de diferente índole, algunas de las cuales son recordadas aún hoy.
Las dos primeras carreras de Fórmula 1 celebradas en el Circuit de Catalunya fueron testigo no solo de la destreza de los pilotos, sino también de los estragos que la lluvia puede causar a los espectadores. Cuando el circuito se estrenó a principios de los 90, tras cinco ediciones en el Circuito de Jerez, las competencias se realizaban en septiembre. El final del verano trajo consigo las lluvias, y en aquellos años los aparcamientos no estaban asfaltados, sino que eran descampados a las afueras de Granollers. Esto provocó que se convirtieran en un barrizal.
La situación forzó a los asistentes a aprender de los más previsos, como los espectadores japoneses, quienes se colocaron bolsas de plástico de la compra a modo de zapatos para poder lidiar con el barro. Estos momentos son recordados junto con las míticas escenas entre Ayrton Senna y Nigel Mansell al final de la recta, una carrera en la que ‘Il Leone’ salió victorioso.
En 1992, la lluvia fue aún más intensa. Mansell, ahora en su invencible Williams FW14B, arrasó desde la pole hasta la victoria, mientras que Michael Schumacher quedó en segundo lugar en su Benetton y Jean Alesi logró un impresionante tercer lugar en su Ferrari F92, a pesar de una mala clasificación.
No obstante, fuera de la pista, la situación era menos heroica. La lluvia fue tan intensa que el túnel de acceso que cruza por debajo de la pista estaba completamente inundado. Se llegó a llamar a buzos para que analizaran la situación, pero poco se pudo hacer ante la continua lluvia. A pesar de estos problemas iniciales, las ediciones siguientes del Grand Prix en el Circuit de Catalunya lograron ir solventando estos contratiempos.
De cara a la edición 2024 del Gran Premio de España de Fórmula 1, se han implementado medidas para evitar el caos en el aparcamiento. El Circuit de Catalunya, gestionado por el RACC, uno de los socios más cercanos a la FIA y un organizador referente a nivel mundial, sigue evolucionando y aprendiendo de los errores del pasado. Para este 2024, se han instalado lectores de matrículas para controlar las entradas y salidas de manera más eficiente.
El Gran Premio de España de Fórmula 1 es un claro ejemplo de cómo los retos pueden convertirse en oportunidades de mejora. La historia del Circuit de Catalunya demuestra que, a pesar de los contratiempos, es posible aprender y evolucionar para ofrecer una experiencia cada vez mejor a los espectadores. Con las nuevas medidas implementadas para el 2024, es de esperar que el evento siga creciendo y mejorando, consolidándose como uno de los eventos más destacados del calendario de la Fórmula 1.