Daniel Noboa pone fin al subsidio de gasolina, una acción que desafiaba a los últimos Gobiernos de Ecuador.

EL PAÍS

El Gobierno ecuatoriano liderado por Daniel Noboa ha anunciado la eliminación del subsidio a uno de los combustibles más utilizados en el país. Esta medida, que ha suscitado polémica en ocasiones anteriores, entrará en vigor a finales de junio.

Las tentativas de eliminar los subsidios han sido siempre impopulares en Ecuador, con los intentos de los gobiernos de Lenin Moreno y Guillermo Lasso provocando fuertes movilizaciones sociales y un clima de violencia en las calles. Ambos gobiernos tuvieron que retractarse en las mesas de negociaciones para evitar una paralización de la economía. Consciente de este riesgo, Noboa mantuvo reuniones previas con los colectivos de transportistas, quienes serán los más afectados por la medida, y negoció una compensación para evitar protestas o un incremento de los precios del transporte.

En Ecuador, se utilizan principalmente tres tipos de combustibles con diferentes precios según su calidad: diésel, Súper y Extra o Ecopaís. El gobierno de Moreno logró liberar el precio de la gasolina Súper, la de mayor octanaje en el mercado y la que consume la población de mayor poder adquisitivo. Sin embargo, no pudo hacer lo mismo con los otros dos combustibles.

En el último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno se comprometió a eliminar el subsidio del combustible Extra. Esta medida permitiría al Gobierno ahorrar alrededor de 600 millones de dólares al año, un monto que busca equilibrar la caja fiscal y que aseguran se destinará a la mejora de la infraestructura energética y al gasto social. Sin embargo, los presupuestos en estas áreas no han incrementado hasta ahora.

La propuesta del Gobierno es eliminar el subsidio por fases. La primera consiste en aumentar el valor del combustible Extra en 26 centavos de dólar por galón, lo que equivaldría a un precio final de 2,72 dólares y se aplicará desde la última semana de junio. En la segunda fase se establecerá un sistema por el que el combustible podrá subir un máximo de un 5%, en función de la variación del precio internacional del petróleo y de los combustibles.

El gobierno destinará alrededor de 100 millones de dólares de los 600 millones que se ahorrarán con la eliminación del subsidio, para compensar el incremento a los conductores de taxis, tricimotos o motos de tres ruedas y camionetas que trabajan en las zonas urbanas y rurales del país. El ministro de Energía aseguró que esta compensación forma parte del acuerdo alcanzado con los transportistas.

Una vez que la medida entre en vigor, solo quedarán activos los subsidios al diésel, el combustible que utiliza el transporte masivo, de mercancías y la industria, y que afecta indirectamente a los precios de los productos. Tampoco se tocará el subsidio al cilindro de gas que utiliza la mayor parte de la población.

El recorte de los subsidios es una de las medidas de ajuste económico que ha aplicado Noboa en siete meses de Gobierno. En abril, se realizó el primer recorte con el aumento de dos puntos porcentuales del IVA a varios productos de la canasta básica. De esta manera, el Gobierno pretende cumplir con los acuerdos alcanzados con el FMI, que otorgó un crédito de 4.000 millones de dólares al país. El organismo internacional ya transfirió los primeros 1.000 millones, que en gran parte servirán para pagar deuda interna y externa.

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