En un giro inesperado de los eventos en el mundo del tenis, el español Carlos Alcaraz, quien hace solo once días se coronó como el campeón de Wimbledon y de Roland Garros, fue eliminado en la segunda ronda del Torneo de Queen’s. Alcaraz, quien defendía el título en este torneo, fue derrotado por el favorito local, Jack Draper. En contraste, el número 1, Jannik Sinner, se clasificó para los cuartos de final en Halle.
Sinner, quien fue semifinalista en el anterior Wimbledon, logró vencer al húngaro Fabian Marozsan, 45º en el ranking mundial, con un marcador de 6-4, 6-7 (4/7) y 6-3. Su próximo rival será el ganador del partido entre el griego Stefanos Tsitsipas, 11º en el ranking, o el alemán Jan-Lennard Struff, 41º.
El fenómeno italiano, Sinner, no tardó en mostrar su dominio en la pista central, repleta de espectadores ansiosos por ver su actuación. Logró su primera rotura en el segundo juego de servicio del húngaro, demostrando su habilidad y estrategia en la cancha.
Al mismo tiempo, Alcaraz, quien había vencido a Sinner en las ‘semis’ de Roland Garros, perdió ante Draper, 31º en el ranking, con un marcador de 7-6 (7/3) y 6-3. Draper, reciente ganador del primer torneo de su carrera en la hierba de Stuttgart, logró la rotura decisiva en el sexto juego de la segunda manga, posicionándose con un 5-2 y logrando tumbar a Alcaraz.
Tras su derrota, Alcaraz criticó la nueva regla del reloj de saque, que describió como «una locura» y «mala para el jugador». Según la nueva normativa, el reloj comienza a correr inmediatamente después de que se termina el punto, en lugar de cuando el juez lo anuncia. Esto significa que los jugadores tienen menos tiempo para prepararse y ejecutar el saque, añadiendo una presión adicional en un deporte ya de por sí táctico y físicamente exigente.
El reciente campeón de Roland Garros también admitió que su actuación no fue la mejor. «Sé que no jugué bien, que no me moví bien», reconoció Alcaraz, reflejando los altibajos inherentes al deporte de alto nivel. En el tenis, como en muchos otros deportes, incluso los campeones pueden tener días malos y enfrentar derrotas sorprendentes.
Estos recientes eventos en el mundo del tenis demuestran la intensidad y la imprevisibilidad del deporte. Los campeones pueden caer y los favoritos pueden surgir, en un ciclo constante de competencia y superación. No importa cuán alto esté uno en el ranking, siempre hay un desafío a la vuelta de la esquina, una nueva regla que implementar, o un rival emergente que enfrentar. Y eso es lo que hace al tenis un deporte tan emocionante y apasionante.