El miércoles marcó el comienzo de un encuentro crucial entre dos líderes mundiales en Pyongyang, la capital de Corea del Norte. El presidente ruso, Vladímir Putin, y el dictador norcoreano, Kim Jong-un, se encontraron en un momento en que ambos parecen necesitarse mutuamente, en medio de tensiones crecientes con Occidente. Putin expresó su gratitud hacia Kim por su «apoyo constante e inquebrantable» a la política rusa, especialmente en lo que respecta a Ucrania.
Putin se refirió a la lucha de Rusia contra la política hegemónica de Estados Unidos y sus aliados, acusando a estos de imponer su dominio imperialista contra la Federación Rusa. Este encuentro marcó la primera visita de Putin a Corea del Norte en 24 años, un país conocido por su inherente secretismo.
Por su parte, Kim Jong-un afirmó que las relaciones entre Corea del Norte y Rusia están entrando en un periodo de «nueva gran prosperidad». Expresó su total apoyo y solidaridad hacia el gobierno, el ejército y el pueblo ruso en la ejecución de la operación militar especial en Ucrania.
Mientras tanto, Estados Unidos ve en este viaje de Putin un signo de «desesperación» de Moscú por garantizar el suministro de armamento. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, usó esta palabra para describir la situación. Existe la sospecha de que Corea del Norte está suministrando armas a Rusia, con estimaciones de que Pyongyang podría haber enviado a Rusia casi cinco millones de proyectiles en secreto y decenas de misiles balísticos.
Mientras tanto, la preocupación crece sobre lo que Moscú podría estar entregando a cambio a un país aislado y golpeado por las sanciones internacionales, debido a su programa nuclear. Estados Unidos ha denunciado un aumento en las exportaciones de petróleo ruso refinado, que excede los límites establecidos por las Naciones Unidas. La OTAN, en palabras de su secretario general, Jens Stoltenberg, expresó su temor de un «apoyo potencial» ruso a los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte.
El ministro de Defensa de Corea del Sur, Shin Wonsik, ha afirmado que Rusia podría haber suministrado a Corea del Norte tecnología para ayudarla en sus planes de desplegar una serie de satélites espía, además de armas convencionales como tanques y aviones.
En su encuentro formal, Putin y Kim firmaron una nueva asociación estratégica integral. Aunque se han revelado pocos detalles sobre este acuerdo, Putin lo mencionó al comienzo de la reunión, destacando que se trata de un «documento fundamental» que delineará las bases de sus relaciones a largo plazo.
El líder ruso fue recibido por Kim en la madrugada del miércoles (hora local), en el aeropuerto a pie de pista. Luego, los mandatarios compartieron un trayecto en coche en el que confesaron sus pensamientos «más íntimos» y la intención de elevar su relación, con objetivos como la promoción de «un mundo multipolar», según la agencia estatal de noticias norcoreana, KCNA.
Este encuentro entre Putin y Kim es un hito importante en las relaciones internacionales, y su resultado podría tener repercusiones significativas, no solo para Rusia y Corea del Norte, sino también para el equilibrio de poder global. Como tal, será crucial mantenerse al tanto de cualquier desarrollo en esta historia en las próximas semanas y meses.