La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha documentado seis ataques israelíes en la Franja de Gaza durante el pasado año, que resultaron en al menos 218 víctimas mortales y una gran destrucción de objetivos civiles. Según un nuevo informe publicado este miércoles por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (OHCHR), dirigida por el diplomático austriaco Volker Türk, se ha evidenciado «el uso por parte de Israel de armas explosivas en zonas densamente pobladas».
Este informe presenta un patrón de «ataques sistemáticos contra la población civil» que, según los autores, podría indicar la comisión de «crímenes de lesa humanidad» por parte de las fuerzas israelíes. Además, señala una violación del derecho internacional humanitario al no respetar los principios de distinción, proporcionalidad y precaución en los bombardeos.
Jeremy Laurence, portavoz de la oficina, detalló en una conferencia de prensa en Ginebra que entre el 9 de octubre y el 2 de diciembre, edificios residenciales, escuelas, campos de refugiados y un mercado fueron bombardeados. Según el informe, estos ataques emplearon bombas guiadas GBU-31, GBU-32 y GBU-39, utilizadas «para penetrar varias capas de hormigón» y destruir estructuras.
Laurence aclaró que el uso de estas armas dificulta la distinción entre objetivos militares y civiles. Además, no se realizó un aviso previo a la población en ninguno de los seis bombardeos analizados para minimizar el daño. Según sus palabras, «los ataques indiscriminados de las Fuerzas de Defensa de Israel [FDI] han violado repetidamente los principios fundamentales de las leyes de la guerra».
El informe destaca que el 87% de las víctimas mortales verificadas se produjeron en incidentes en los que murieron cinco o más personas, y más del 60% fallecieron en ataques que causaron más de 10 muertes. «Estas estadísticas sugieren que los métodos y medios elegidos por Israel en Gaza desde el 7 de octubre, incluido el uso de armas explosivas de amplio alcance en zonas densamente pobladas, no han garantizado la distinción efectiva entre combatientes y civiles», escriben los autores.
Ajith Sunghay, director de la OHCHR en el Territorio Palestino Ocupado, describió la situación actual en Gaza tras su reciente visita. Habló del constante sonido de bombas, pistolas y drones, y del estado de agotamiento de las personas que han tenido que desplazarse varias veces. Sunghay también describió el olor «indescriptible» en los hospitales y la falta de agua limpia en las calles. En su opinión, este informe muestra un patrón de ataques a civiles, y el derecho internacional es muy claro en que protegerlos debe ser una prioridad.
Uno de los ataques detallados en el informe es el ocurrido en el barrio residencial de Ash Shujaiyeh, en Ciudad de Gaza, el 2 de diciembre de 2023. Las explosiones causaron destrozos en un área de 130 metros, destruyeron 15 edificios y dañaron seriamente otros 14. Según las imágenes satelitales verificadas por la ONU, la dimensión de los cráteres y la destrucción prueban que se emplearon bombas GB-31. «Al menos, 60 personas murieron», agregó Laurence.
El informe también detalla otros cinco bombardeos en la Franja, incluyendo la fecha, el número de víctimas, la dimensión de los daños materiales y los explosivos empleados. Con estas pruebas, la ONU pide a Israel que «garantice investigaciones independientes sobre estos incidentes y haga públicas sus conclusiones».
La misión de Israel ante la ONU en Ginebra declaró que el estudio tiene «sesgos metodológicos» y que su único objetivo es arremeter contra Israel, defendiendo aún más a los terroristas de Hamás en Gaza. Aseguran que Israel respeta los principios de distinción, proporcionalidad y precaución en sus operaciones.
Finalmente, el informe también menciona las operaciones de Hamás, concluyendo que los lanzamientos indiscriminados de cohetes por parte de las brigadas al Qassam, el brazo armado de Hamás y otras milicias palestinas, «también suscitan preocupación» en tanto que no tienen en cuenta las víctimas civiles que podrían causar.