El 26 de junio de 2023, en la isla griega de Kos, 13 refugiados que acababan de llegar a la isla fueron detenidos ilegalmente y encerrados en una furgoneta durante 16 horas por hombres armados y encapuchados. Este hecho preocupante se dio a conocer gracias a la valentía de una mujer del grupo, la única, que logró grabar a escondidas con su teléfono móvil los abusos a los que estaban siendo sometidos.
El video se viralizó en las redes sociales después de que la mujer lo enviara a una Organización No Gubernamental (ONG), provocando que los captores abusaran físicamente de los refugiados para quitarles el móvil. Tras una investigación, Frontex, la agencia europea de guardia de fronteras, ha corroborado la versión de los refugiados y ha denunciado estos hechos como “preocupantes”.
Según un informe de la Oficina de Derechos Fundamentales de Frontex, publicado el 28 de mayo tras el requerimiento de la ONG Aegean Boat Report, los 13 refugiados fueron descubiertos en unos arbustos por dos hombres armados vestidos de negro y sin identificación. Los agresores, que se identificaron en inglés como policías, prometieron llevar a los refugiados a un campo de refugiados. Sin embargo, en lugar de eso, los refugiados fueron registrados, sus pertenencias confiscadas y fueron forzados a subir a una furgoneta. Todos, excepto la mujer y un menor, fueron esposados y vendados.
La valiente mujer logró esconder su teléfono móvil en su sujetador y grabó en video lo que estaba sucediendo en el interior de la furgoneta. El video fue enviado a Aegean Boat Report, una organización con sede en Noruega que asiste por teléfono a los migrantes durante la travesía a Grecia.
Los refugiados permanecieron encerrados en la furgoneta desde las ocho de la mañana hasta la medianoche. Durante ese tiempo, los captores descubrieron la grabación en internet, y comenzaron a golpear a los migrantes hasta que la mujer confesó y entregó su móvil. Los migrantes pidieron agua y salir del vehículo para ir al baño, pero sus solicitudes fueron denegadas.
Krzysztof Borowski, portavoz de Frontex, ha confirmado a EL PAÍS que la agencia considera veraz lo reflejado en el informe y ha dado varias recomendaciones a las autoridades griegas. Frontex está comprometido en asegurar que todas sus operaciones en Grecia se lleven a cabo en total cumplimiento de la ley y con respeto a la dignidad de todas las personas.
Las denuncias de Frontex son rechazadas por el gobierno griego, que niega que la Guardia Costera haya participado en actividades ilegales de cualquier tipo. A pesar de las reiteradas denuncias de organismos internacionales como la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), Médicos Sin Fronteras o Amnistía Internacional, el Ejecutivo presidido por Kyriakos Mitsotakis nunca ha aceptado la existencia de devoluciones en caliente.
Frontex cree que el propósito del transporte en la furgoneta era “cargar a los 13 migrantes en un barco y deportarlos irregularmente a Turquía”. La ONG que denunció los hechos sostiene que la expulsión no tuvo lugar porque el vídeo se hizo viral. Numerosas organizaciones de derechos humanos han denunciado que los malos tratos a los migrantes son habituales en las devoluciones en caliente.
La Oficina de Derechos Fundamentales de Frontex considera que el trato recibido por los migrantes viola la dignidad humana, la prohibición de tratos inhumanos o degradantes y el derecho a la libertad y seguridad de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. La agencia europea expresa su preocupación por la consistencia de estos incidentes y de “otros casos anteriores”.
