Carlos Rosales Lucero, mejor conocido por su apodo de «El Desafinado», pasó a la historia de la televisión chilena con su fugaz pero memorable aparición en el popular programa Sábados Gigantes en 1976. Lucero, un hombre de 78 años, ha sido noticia recientemente no por su trayectoria en la música, sino por haber sido reportado como desaparecido en la comuna de Padre Hurtado. Afortunadamente, la historia concluyó con un final feliz cuando la familia del anciano confirmó que había sido encontrado sano y salvo.
La desaparición de Lucero generó preocupación entre la comunidad y el público que aún recuerda su participación en Sábados Gigantes. Su sobrino, Mario Mancilla, fue quien informó a la Radio Biobío que su tío había sido localizado. «Encontramos a mi tío Carlos Rosales Lucero, gracias por su preocupación», dijo Mancilla a la estación de radio.
El lugar donde fue localizado Lucero es el Hospital Padre Hurtado en la comuna de San Ramón, Región Metropolitana. Mancilla agregó que le notificaron sobre el paradero de su tío temprano en la mañana. Sin embargo, no dieron detalles sobre el estado de salud de Lucero ni las circunstancias que llevaron a su internación en el hospital.
Carlos Rosales Lucero, a pesar de tener una carrera musical relativamente corta, se hizo un nombre en la cultura popular chilena gracias a su aparición en Sábados Gigantes. En el programa, interpretó el clásico de Camilo Sesto, «Quieres ser mi amante», frente a El Chacal de la Trompeta. Desafortunadamente, los nervios del momento superaron a Lucero y solo logró estar ocho segundos en el escenario antes de ser expulsado.
En una entrevista anterior con el diario La Cuarta, Lucero recordó esos días y cómo solía cantar una variedad de canciones durante su trabajo en la construcción. A pesar de que a su jefe le gustaban las canciones de Camilo Sesto, Lucero tenía otros ídolos musicales, incluyendo a Salvatore Adamo, Leo Dan, Neil Diamond y Elvis Presley. Sin embargo, a petición de su jefe, comenzó a practicar la canción de Sesto que luego interpretaría en Sábados Gigantes. «Todos los días la cantaba, pero con los nervios me salió ese gallito», recordó Lucero.
La aparición de Lucero en Sábados Gigantes puede haber sido breve, pero dejó una impresión duradera en la audiencia. A pesar de los años, su interpretación desafinada y su apodo, «El Desafinado», permanecen en la memoria colectiva del público chileno. Ahora, con su reciente desaparición y posterior hallazgo, Lucero vuelve a estar en el centro de atención, recordándonos la importancia de celebrar los personajes únicos y entrañables que han dejado su huella en la cultura popular.