Putin intenta establecer lazos comerciales con Corea del Norte para eludir el bloqueo occidental | Internacional

EL PAÍS

El presidente ruso, Vladímir Putin, aterriza este martes en Corea del Norte, marcando su primera visita a la nación comunista desde el distante año 2000. Esta visita pone de relieve la creciente proximidad entre Rusia y Corea del Norte, una relación que se ha fortalecido a medida que el régimen de Putin ha enfrentado desafíos en la invasión de Ucrania.

Putin se encuentra con el dictador Kim Jong-un, un aliado cada vez más importante para el Kremlin, evidenciando el cambio en la dinámica geopolítica mundial. Se espera que los dos líderes discutan un potencial acuerdo de asociación estratégica, aunque los detalles de este acuerdo se mantienen en secreto.

Corea del Norte se ha convertido en un proveedor clave de misiles y municiones para el frente ruso, según sospechas occidentales, mientras que Rusia ha aumentado sus exportaciones de hidrocarburos hacia su aliado. Putin ha sugerido que se están desarrollando mecanismos de intercambio propios para eludir las crecientes sanciones internacionales, destacando su independencia de los controles occidentales.

En un artículo publicado en Rodong Sinmun, el periódico oficial del Partido del Trabajo de Corea, Putin propuso “Desarrollaremos mecanismos alternativos de comercio y de acuerdos mutuos no controlados por Occidente, nos opondremos conjuntamente a las restricciones unilaterales ilegítimas”.

Además de cuestiones de seguridad, es probable que se aborden temas económicos en sectores clave como la energía, el transporte y la agricultura. La cooperación entre ambas naciones se ha incrementado significativamente desde la invasión rusa de Ucrania, con un crecimiento del comercio bilateral del 10 por ciento en 2023, hasta alcanzar los 32 millones de euros, según las estadísticas rusas.

Putin agradece el apoyo de Corea del Norte a las operaciones militares de Rusia en Ucrania, y aplaude su disposición a enfrentarse a lo que llama «la ambición del grupo occidental» de prevenir la formación de un «mundo multipolar». También propone la creación de una arquitectura de seguridad igualitaria e indivisible en Eurasia.

Para los observadores occidentales, la visita de Putin a Corea del Norte es una señal más de su necesidad de reforzar las alianzas internacionales. Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, sugiere que un Putin «desesperado en los últimos meses» está buscando armas en Pyongyang.

Según Washington, Corea del Norte ha transferido «docenas de misiles balísticos y más de 11.000 contenedores de municiones» a Rusia en los últimos meses. Estos envíos serían una violación del embargo armamentístico de la ONU sobre Corea del Norte, que prohíbe al régimen asiático exportar e importar armas debido a su programa nuclear.

Además, Moscú ha estado suministrando hidrocarburos a Corea del Norte por encima de los niveles permitidos por las Naciones Unidas, según denuncias de Washington.

El viaje de Putin a Corea del Norte también coincide con tensiones en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur. Soldados surcoreanos han disparado advertencias para repeler a militares norcoreanos que han cruzado temporalmente la línea fronteriza.

Durante su visita, Putin tiene previsto encontrarse cara a cara con Kim Jong-un, asistir a un concierto, una recepción de estado y firmar varios documentos. Acompañan a Putin en este viaje el ministro de Defensa, Andréi Belúsov, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y otros altos funcionarios gubernamentales.

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