Los Boston Celtics son más que un equipo de baloncesto, es un «modo de vida», como alguna vez afirmó Red Auerbach. Esta frase cobró vida recientemente cuando los Celtics recobraron el trono de la NBA, ganando su 18° anillo, superando a los Lakers en la batalla eterna por la hegemonía. Este triunfo resuena con las enseñanzas de Auerbach, quien dirigió a los Celtics hasta su muerte en 2006, y cuyos puros celebratorios eran un símbolo de los triunfos del equipo.
El viaje de los Celtics hacia la gloria comenzó con el pionero Auerbach y continuó con Bill Russell. Este último anillo, ganado frente a los Mavericks de Luka Doncic, se consiguió casi sin esfuerzo, perdiendo solo tres partidos en todos los playoffs (y 18 en la temporada regular). Este triunfo se dedica a Russell, quien murió hace dos años. Los actuales Celtics, liderados por los ‘Jays’ (Jayson Tatum y Jaylen Brown, quien fue nombrado MVP), han resucitado el antiguo espíritu guerrero de la franquicia.
Los Celtics, fundados por Walter Brown en 1946, tienen una historia de romper barreras. Fueron el primer equipo en seleccionar a un jugador negro en el draft, el primero en alinear a cinco jugadores afroamericanos en la cancha a la vez, y el primero en tener un entrenador de color. Todo esto fue obra de Auerbach, el verdadero creador del mito celta.
Con Auerbach y Russell, los Celtics crearon una de las dinastías más grandes del deporte estadounidense, ganando 11 títulos de 1957 a 1969. Durante este tiempo, Auerbach demostró una visión única para descubrir talentos, y siempre buscaba jugadores con buen carácter, independientemente de su origen.
El legado de los Celtics no se limita a Auerbach y Russell. Nombres como Bob Cousy, John Havlicek, Tom Heinsohn, KC Jones, Dave Cowens, Larry Bird, Kevin McHale, Robert Parish y muchos más adornan el TD Garden, el hogar actual del equipo. Estos jugadores, junto con la intensa rivalidad con los Lakers, ayudaron a catapultar a la NBA a su actual estatus de popularidad mundial.
Sin embargo, los Celtics también han tenido su cuota de tragedias. La muerte prematura de las estrellas emergentes Len Bias y Reggie Lewis dejó un impacto duradero en la franquicia. No fue hasta 2008, con jugadores como Kevin Garnett, Ray Allen y Paul Pierce, que los Celtics lograron romper una sequía de 22 años sin campeonatos.
En la actualidad, el espíritu de los Celtics vive en jugadores como Tatum y Brown. Tatum, un cinco veces All Star y medallista de oro olímpico, es un ferviente admirador de Kobe Bryant y ha jugado todos los partidos de playoffs de los Celtics desde la temporada 2016-2017. Brown, por su parte, se llevó el merecido MVP tras unos playoffs impresionantes.
El legado de los Celtics continúa en Boston, una ciudad donde las tradiciones se respetan y se aprecian. El mismo escudo con el trébol irlandés, la misma camiseta, el mismo logotipo con el Leprechaun, un símbolo de la mitología gaélica irlandesa, diseñado por Zang Auerbach, hermano de Red. Y aunque han pasado años desde su último campeonato, los Celtics han demostrado una vez más que son una fuerza a tener en cuenta en la NBA.