La política chilena se ha visto envuelta en una nueva controversia. El diputado de la coalición política Unión Demócrata Independiente (UDI), Sergio Bobadilla, ha sido acusado de contratar a una funcionaria amiga para un cargo en el Congreso, a pesar de que ella ya tenía un contrato a tiempo completo en otro servicio público. Según los informes, esta contratación le costó al Estado casi 3 millones de pesos chilenos mensuales.
La funcionaria en cuestión es Carolina Alejandra Arias Arévalo, una trabajadora social que ha tenido una relación estrecha con Bobadilla durante muchos años. La investigación realizada por BBCL Investiga reveló que Arias Arévalo recibía un salario bruto de hasta 5,3 millones de pesos mensuales como jefa de la Unidad de Participación y Vinculación Territorial del SLEP Andalién Sur en Concepción, donde está contratada a tiempo completo.
El Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias, un organismo que regula este tipo de contrataciones, prohíbe explícitamente la contratación de funcionarios públicos como asesores. El propósito de esta regla es garantizar el uso correcto de las asignaciones parlamentarias. La única excepción a esta regla son los académicos y profesores de universidades estatales.
La contratación de Arias Arévalo como asesora externa del parlamentario se produjo entre enero y marzo de este año. Durante ese tiempo, se informa que ganó alrededor de 8,4 millones de pesos por su paso por el Congreso. Sin embargo, al mismo tiempo, también recibió otros 12,1 millones de pesos por su trabajo permanente en el SLEP.
El reglamento interno de la Cámara prohíbe la contratación de funcionarios públicos, lobistas o gestores de intereses como asesores parlamentarios. Sin embargo, Arias Arévalo fue contratada a pesar de esta prohibición.
Cuando se le preguntó sobre el asunto, el diputado Bobadilla admitió su vínculo cercano con Arias Arévalo y afirmó que, si había algún problema, lo corregirían. Aseguró que nunca se podría cuestionar la capacidad profesional de Arias Arévalo.
Arias Arévalo ha sido una figura prominente en la política chilena durante muchos años. Es miembro del partido UDI desde su juventud y conoció a su exmarido, el exgobernador de Concepción y cercano a Jacqueline van Rysselberghe, Alejandro Reyes Schwartz, a través del partido. Bobadilla la describió como un «pilar fundamental» de su trabajo durante los últimos 20 años.
La contratación de Arias Arévalo está programada para ser analizada en una sesión del Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias. Al parecer, Bobadilla es el único parlamentario para el que Arias Arévalo ha prestado servicios de manera paralela a su trabajo en el SLEP.
El SLEP Andalién Sur ha declarado que no estaban al tanto de las asesorías parlamentarias de Arias Arévalo. Aseguraron que ella puede hacer lo que quiera con su tiempo libre y descartaron la posibilidad de abrir una investigación sobre el asunto, ya que no ha habido denuncias contra ella.
Hasta el momento, Arias Arévalo no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre la situación. La contratación de Arias Arévalo por parte de Bobadilla y la aparente violación de las reglas del Congreso han provocado críticas y llamados a la transparencia en la política chilena.