El régimen hermético de Corea del Norte, liderado por Kim Jong-un, se prepara para una gran celebración en la Plaza de Kim Il-sung, en el corazón de la capital, Pyongyang. Las imágenes satelitales, que rara vez engañan, han captado la construcción de un escenario para la orquesta, un podio para los líderes y otras estructuras típicas de grandes festividades. Los medios norcoreanos han confirmado que el presidente ruso, Vladimir Putin, realizará una visita de dos días que comenzará el martes.
Los satélites de la empresa privada estadounidense Planet Labs han recogido estas imágenes. En ausencia de cualquier evento importante marcado en el calendario norcoreano para estas fechas, tanto los analistas de la vecina Corea del Sur como la inteligencia estadounidense, creen que la alfombra roja solo puede estar desplegándose en Pyongyang en honor a la esperada visita de Putin.
Se espera que el presidente ruso pise pronto Pyongyang, en lo que será su primera visita a la capital norcoreana desde el año 2000. Este viaje se realizará bajo el escrutinio internacional, debido a las preocupaciones de que el régimen de Kim pueda proveer a Moscú con más municiones y tecnología armamentística avanzada para su guerra en Ucrania.
Desde Corea del Sur, se subraya que el Norte ya ha enviado hasta tres millones de proyectiles de artillería a Rusia para utilizarlos contra Kiev. También han afirmado que el ejército ruso ha utilizado misiles norcoreanos contra sus soldados. No es ningún secreto que Putin lleva tiempo cortejando a Kim en busca de armas para alimentar su guerra en Ucrania.
Funcionarios estadounidenses alegan que Corea del Norte ha enviado por mar y por ferrocarril alrededor de 11.000 contenedores llenos de armas a Rusia desde septiembre, cuando Kim visitó a Putin en Vladivostok. Los envíos incluyen proyectiles de artillería y misiles balísticos clase Hwasong-11.
«Corea del Norte es un invencible camarada de armas de Rusia», declaró a principios de junio el líder norcoreano en un mensaje a Putin que hizo público la cadena estatal KCNA con motivo del Día Nacional de Rusia. Tras el fracaso de las conversaciones con Estados Unidos para el desarme nuclear después de la cumbre de Hanoi en 2019, Pyongyang ha apostado por mejorar su programa de misiles y ha buscado un acercamiento con Rusia.
Cuando se estableció en 1948 la República Democrática Popular de Corea bajo el mando de Kim Il-sung, abuelo del actual Kim, Moscú fue el principal benefactor de Pyongyang. Sin embargo, tras la caída de la URSS, China, en plena ebullición económica, ocupó ese puesto. Corea del Norte, que fue incrementando su hermetismo, depende completamente de Pekín para obtener alimentos, asistencia médica y combustible.
Ahora es Moscú quien está reforzando la vieja alianza con Kim, uno de los pocos líderes mundiales -junto con los de Eritrea, Bielorrusia y Siria- que se opusieron a la resolución de la Asamblea General de la ONU que condenaba el ataque ruso a Kiev. Putin recurre a su aliado en busca de ayuda para reponer su mermado arsenal de armas, mientras que el norcoreano necesita la tecnología rusa para potenciar el desarrollo de los misiles balísticos y su programa nuclear.