En Israel, grupos extremistas se organizan a través de WhatsApp para coordinar acciones que estorben el paso de ayuda humanitaria hacia Gaza. Estos grupos han llegado a bloquear e incluso incendiar camiones cargados con suministros vitales para los habitantes de Gaza. Algunos de estos extremistas han destruido alimentos, considerando que suponen una «ayuda al enemigo en tiempo de guerra».
La organización detrás de estas acciones es Tsav 9, el principal grupo acusado de bloquear, acosar y dañar convoyes que transportan ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Según el Departamento de Estado de EE.UU., miembros de Tsav 9 han intentado en repetidas ocasiones frustrar la entrega de ayuda humanitaria a Gaza, incluido el bloqueo de carreteras, a veces de manera violenta.
Esta situación ha llevado al Departamento de Estado de EE.UU. a anunciar sanciones contra Tsav 9. Esta es la primera medida que el Departamento de Estado toma contra una organización como tal, y no contra personas concretas, en los últimos meses de guerra.
Las acciones de Tsav 9 incluyen grabaciones y celebraciones de sus actos de destrucción, donde se puede ver a sus miembros pisoteando alimentos y burlándose de la situación. En uno de los videos, un niño pisotea la comida en el suelo frente a sus padres. En otro, un adulto graba el azúcar destinado a Gaza esparcido por el suelo y se burla de la situación.
Ante estos actos, la policía parece no hacer nada para evitarlos. En su anuncio, el Departamento de Estado recuerda al Gobierno de Israel su «responsabilidad de garantizar la seguridad de los convoyes humanitarios que transitan por Israel y Cisjordania de camino hacia Gaza».
Además de Tsav 9, hay otros grupos de activistas que buscan proteger los convoyes. Una ONG pacifista israelí, Omdim Beyahad (De pie juntos), ha formado la «guardia humanitaria», una iniciativa que busca proteger los convoyes de ayuda humanitaria. Esta ONG se infiltra en los grupos de WhatsApp de los extremistas y convoca a sus simpatizantes en el punto en el que saben que intentarán detener los camiones.
La ayuda humanitaria es un tema que divide a la sociedad israelí. Según una encuesta del diario Globes del pasado marzo, un 44% de los israelíes consultados aboga por «condicionar la ayuda a un acuerdo de liberación de rehenes»; un 22%, por que no entre ayuda alguna mientras continúe la guerra; y un 27%, por que lo haga toda la necesaria por ser «lo correcto» y ayudar a Israel a nivel internacional.
En medio de este panorama, Tsav 9 ha llegado a jactarse de que solo siete de cien camiones entrasen a Gaza un día en particular. Al día siguiente, aparecieron en redes sociales imágenes de camiones ardiendo, lo que causó la «indignación total» del asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, y la policía anunció cinco arrestos.
El 13 de mayo, día en que se jactaron de su «victoria», marcó un punto de inflexión en la situación. Desde entonces, los intentos de bloqueo han disminuido y las acciones de las autoridades han aumentado, lo que ha permitido que los convoyes de ayuda puedan llegar a su destino. La presencia de los activistas de Omdim Beyahad también ha ayudado a frustrar los intentos de bloqueo, ya que su presencia obliga a la policía a actuar para evitar incidentes.
No obstante, la situación sigue siendo tensa, y la discusión sobre la ayuda humanitaria a Gaza continúa. Mientras que algunos israelíes ven la entrega de ayuda como una traición, otros consideran que es un deber moral y una necesidad para mantener la paz en la región.