La incontinencia fecal es una condición que impacta significativamente en la vida de quienes la padecen, limitando su esfera familiar, social, laboral, mental y sexual. Además, la estigmatización de la patología puede derivar en problemas de salud mental tan graves como la depresión, debido a que los afectados pueden evitar acudir a tiempo al médico por vergüenza o miedo.
José Luis Cobos, portavoz del Grupo IFE y vicepresidente del Consejo General de Enfermería (CGE), subraya la importancia de desestigmatizar esta patología tan común. Es fundamental visibilizar sus consecuencias y demandar una mejora en la calidad de vida de quienes la sufren. Esto implica hablar del acceso equitativo a cuidados y tratamientos especializados en el ámbito de la salud pública.
Esta patología no se limita únicamente a los adultos. De hecho, el 6% de los afectados son niños menores de 11 años. Esto supone un gran problema, ya que tienen que mantener los pañales hasta edades avanzadas, restringiendo una multitud de actividades como las deportivas y siendo propensos a sufrir bullying por escapes involuntarios.
El Dr. Pedro López Pereira, jefe de Servicio de Urología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz de Madrid y secretario científico de la Sociedad Europea de Urología Pediátrica y miembro del Grupo de Urología Pediátrica Español (GUPE), enfatiza la importancia de crear un entorno seguro en casa y en la escuela para que los niños puedan hablar sobre sus problemas sin temor a ser castigados o ridiculizados.
La campaña #QueNoTeCorteElRollo pretende sensibilizar a la población sobre la incontinencia fecal, la tercera enfermedad crónica diagnosticada que produce la mayor pérdida de años de vida ajustados por calidad, y que afecta a 1 de cada 15 europeos. La iniciativa busca romper los tabúes de la incontinencia y transmitir el mensaje de que se puede llevar una vida sin estar condicionado por la patología.
A pesar de que existen tratamientos eficaces para controlar la incontinencia fecal, la falta de coordinación entre las comunidades autónomas y el Estado provoca desigualdad en función del lugar de residencia del paciente, siendo insignificantes los criterios clínicos o sociales.
El Dr. Franco Marinello, adjunto Cirugía Colorrectal del hospital Vall d’Hebrón de Barcelona y vocal de la junta directiva de la Asociación Española de Coloproctología (AECP), destaca que es crucial garantizar un acceso equitativo a tratamientos y apoyo para todos los afectados, independientemente de su lugar de residencia, para mejorar la situación y la calidad de vida de quienes padecen esta patología.
La preocupación constante por las fugas puede llevar a evitar actividades sociales o laborales, provocando el aislamiento del paciente y la disminución de su calidad de vida. Ángels Roca, presidenta de la Asociación de la Incontinencia Anal (ASIA), sostiene que es necesario más información sobre la patología, así como una mejor comprensión por parte de la sociedad.
Mayte Gallego, presidenta de la Federación Nacional de Personas con Lesión Medular y otras discapacidades físicas (ASPAYM), denuncia que las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones, son más pobres que el resto debido a los costes adicionales que conlleva la discapacidad. Existen procedimientos como la irrigación transanal que pueden aliviar y a veces resolver la incontinencia fecal, pero en la mayoría de los casos, no pueden afrontar el desembolso económico que la técnica implica.
La iniciativa busca visibilizar las consecuencias de esta patología, promover un acceso equitativo a tratamientos desde el ámbito de la salud pública y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Con una mayor conciencia, comprensión y acceso a opciones de tratamiento innovadoras que fomenten el autocuidado, podemos crear un futuro en el que todos se sientan empoderados para vivir plenamente, sin limitaciones impuestas por esta condición.