El escándalo que rodea a la ministra de la Corte Suprema, Angela Vivanco, y a su pareja, Gonzalo Migueles, ha generado un gran revuelo en el Poder Judicial de Chile. La controversia se centra en las acusaciones de que Migueles ha utilizado su relación con Vivanco para influir en la elección del Fiscal Nacional y del conservador de Bienes Raíces de Viña del Mar.
Carlos Palma, fiscal que ha reconocido haber recibido un pantallazo de sus conversaciones con Migueles, ha sido una de las figuras claves en este drama judicial. Según Palma, Migueles le habría ofrecido un doctorado y la posibilidad de ser reemplazante de Xavier Armendáriz en la Fiscalía Metropolitana Centro Norte.
La ministra Vivanco ha intentado restar importancia a las acciones de su pareja, describiéndolas como «un exceso de buena fe». En una entrevista con T13, afirmó: «Son mensajes personales de él. Aquí ha habido un exceso de buena fe, por una parte, que desgraciadamente no fue considerado de la misma manera por la otra parte. El resto me parece a mí que va a haber acciones en este caso, por lo cual no me corresponde pronunciarme a mí porque no fue en un entorno que yo tuviera participación».
La ministra insistió en que Migueles actuó con la intención de ayudar a un amigo, no con el propósito de ejercer influencia ilegítima. Según Vivanco, Migueles simplemente proporcionó información que le fue solicitada. «Es cuando tú actúas de buena fe y tratas de ayudar a una persona que te lo pide y esa persona lo toma y lo maneja como si fuera un mensaje…”.
Vivanco también negó tener conocimiento de las conversaciones de su pareja y su posible influencia en los nombramientos judiciales y del Ministerio Público. Aseguró que no tiene ninguna noticia de las conversaciones personales de su pareja o de su familia. Expresó: «Ni pregunto ni estoy inmiscuida en eso porque no me corresponde. De la misma forma es que mis temas no son tema en mi familia. Yo tengo muy separada las aguas».
La magistrada señaló la existencia de «una situación que involucra una cierta animosidad al Poder Judicial». Criticó esta animosidad, sugiriendo que no beneficia a la administración de justicia. En sus palabras: “Creo que hay una situación que involucra una cierta animosidad al Poder Judicial. Esto lo siento mucho porque creo que no se le hace ningún favor a la administración de justicia”.
Este escándalo ha llevado a un intenso escrutinio del Poder Judicial y de la ministra Vivanco. La presunta influencia ejercida por su pareja, Gonzalo Migueles, ha planteado preguntas sobre la integridad del sistema judicial y el proceso de nombramiento de sus funcionarios. Con el curso de las investigaciones, se espera que más detalles sobre este caso salgan a la luz, lo que podría tener implicaciones significativas para el Poder Judicial de Chile.