En una era donde la exploración espacial está en su punto más álgido, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) tiene planes para llevar la modernidad de nuestras carreteras a territorios inexplorados, más allá de la Autobahn. Los científicos de la NASA están trabajando en un proyecto revolucionario para construir una carretera, no en la Tierra, sino en la Luna.
Este proyecto de vanguardia, conocido como «Moon to Mars», tiene como objetivo principal establecer un asentamiento humano en la superficie de la Luna y en Marte. Los desafíos son enormes, pero la NASA tiene planes para superarlos todos y hacer realidad esta visión.
Para que un asentamiento sea exitoso, es fundamental contar con una infraestructura sólida que permita el transporte eficiente de herramientas y materiales en la superficie lunar. Aquí es donde entra en juego la idea de la «carretera» lunar. Sin embargo, esta no será una carretera ordinaria; en cambio, se le ha denominado «ferrocarril flotante», que utilizará una tecnología llamada «Flexible Levitation on a Track» o FLOAT.
Las «carreteras» planificadas serán pistas de película flexible de tres capas, por las que levitarán robots magnéticos sin motor. Este concepto revolucionario se basa en una tecnología que combina ingeniería espacial moderna con principios físicos fundamentales.
Una de las capas de estas «carreteras» será de grafito, que permitirá a los robots flotar mediante lo que se conoce como levitación diamagnética. Esta característica innovadora permite un transporte sin fricción, lo que es especialmente beneficioso en el entorno lunar, donde no hay atmósfera para amortiguar el movimiento.
La segunda capa será un circuito flexible, que proporcionará la propulsión necesaria para mover los robots a lo largo de las vías. Esta capa generará un campo magnético que interactuará con los robots, empujándolos a lo largo de las vías.
Por último, la tercera capa opcional será un panel solar de película delgada, que se encargará de proporcionar una fuente de energía para las bases lunares cercanas. Este diseño integral garantizará que las infraestructuras lunares sean autosuficientes y sostenibles.
El sistema será totalmente autónomo, lo que significa que no se necesita preparar el terreno lunar para su implementación. El despliegue de las vías sobre la superficie lunar sería tan sencillo como desenrollar una alfombra, lo que facilitaría enormemente el proceso.
La NASA anticipa que este sistema de transporte será útil en varios aspectos. En primer lugar, podrá transportar regolito extraído, un material lunar que puede ser utilizado en la construcción. Esto significa que no será necesario transportar materiales de construcción desde la Tierra, lo que podría ahorrar enormes cantidades de recursos y energía.
Además, el sistema de carreteras flotantes también podría ser útil para mover herramientas desde la base lunar hasta otras zonas. Esto permitiría una mayor movilidad y eficiencia en las operaciones lunares.
En términos de capacidad, se espera que este sistema pueda mover más de 90 toneladas de carga útil varios kilómetros por día. Esto sería de gran ayuda para establecer un asentamiento humano en la Luna.
Sin embargo, antes de que este proyecto se haga realidad, los ingenieros deben realizar pruebas exhaustivas. Es necesario diseñar el sistema adecuadamente, construir un prototipo a escala y evaluar cómo factores como la temperatura o la radiación pueden afectar su funcionamiento. Además, es crucial encontrar los materiales adecuados para su construcción. Por lo tanto, no veremos la carretera lunar en el corto plazo. A pesar de los obstáculos, este proyecto es un paso emocionante hacia el futuro de la exploración espacial.