La fascinante historia de las sondas Voyager 1 y Voyager 2 desafía la lógica convencional. Aunque parezca contradictorio, la Voyager 2 fue la primera en ser lanzada al espacio, el 20 de agosto de 1977, mientras que su ‘hermana’, la Voyager 1, inició su viaje un par de semanas más tarde, el 5 de septiembre de 1977. Este hecho curioso marca el inicio de un viaje de casi cinco décadas, durante las cuales estas sondas han seguido operando a pesar de varios problemas técnicos.
Estas sondas ‘hermanas’ son una verdadera obra maestra de la ingeniería espacial. Su diseño y construcción no destacan tanto por la complejidad de sus sistemas como por la calidad y la previsión de sus creadores. Ellos fueron capaces de anticiparse a muchos de los problemas que podrían surgir durante su misión, proporcionando soluciones de antemano.
A pesar de las dificultades que han enfrentado, el control de misión desde la Tierra ha sido capaz de resolver estos problemas, a pesar de la gran desventaja de no tener acceso físico a las sondas. De hecho, estas misiones, que inicialmente debían durar solo cinco años, siguen operativas hoy en día.
A principios de este año, la Voyager 2 sufrió un susto significativo. Un comando enviado desde la Tierra alteró su orientación, interrumpiendo las comunicaciones. Unos meses más tarde, se logró recuperar la comunicación y se actualizó su software para evitar que este problema se repita en el futuro.
Sin embargo, los desafíos no terminaron ahí. A principios de febrero, la Voyager 1 experimentó un problema con los datos que enviaba. La información transmitida simplemente no tenía sentido. Afortunadamente, las comunicaciones bidireccionales se mantuvieron plenamente operativas, lo que permitió a los equipos de ingeniería trabajar para identificar el origen del problema e intentar solucionarlo.
Para abril, las noticias eran esperanzadoras. La sonda comenzó a enviar datos básicos correctos, y, según informa la agencia espacial estadounidense, la Voyager 1 ya está enviando de nuevo datos correctos de los cuatro instrumentos que lleva a bordo. ¿Por qué es tan importante esta información? Porque estas dos sondas son las únicas capaces de recopilar información directamente del espacio interestelar.
Aún quedan algunas tareas pendientes para resolver completamente los efectos del problema que causó el envío de datos sin sentido. Próximamente se llevará a cabo una actualización del software de las tres computadoras integradas en la sonda, con el fin de garantizar una correcta sincronización a la hora de ejecutar los comandos que se envían desde la Tierra.
En definitiva, las sondas Voyager 1 y Voyager 2 son un testimonio del ingenio humano y de nuestra incesante búsqueda de conocimiento. A pesar de los contratiempos, estas sondas siguen enviando valiosa información desde la frontera de nuestro sistema solar, ampliando nuestra comprensión del universo en que vivimos.
Imágenes: NASA/Caltech.