El panorama político francés está experimentando una serie de giros y vueltas significativos, con el último acontecimiento siendo la cancelación por parte del sistema judicial de la decisión del partido conservador de Los Republicanos de expulsar a su presidente, Eric Ciotti. Esta decisión fue tomada después de que Ciotti expresara su deseo de formar una alianza con la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, en las próximas elecciones.
La decisión de Ciotti de buscar un pacto con Le Pen, quien obtuvo una victoria impresionante en las elecciones europeas del último domingo, ha causado un terremoto dentro de su partido. Los Republicanos, que representan a la derecha tradicional en Francia, siempre han considerado la posibilidad de pactar con Le Pen y su partido de extrema derecha como una línea roja que nunca se debe cruzar.
No obstante, Ciotti se resistió a abandonar su cargo, incluso después de que la dirección del partido decidiera expulsarlo. En un intento por evitar que la dirección del partido se reuniera para formalizar su expulsión, Ciotti incluso llegó a cerrar la sede del partido. No obstante, la justicia intervino y anuló la decisión del partido de expulsar a Ciotti. Esta decisión judicial es cautelar, lo que significa que se mantendrá en vigor hasta que se emita un veredicto definitivo sobre el asunto.
Mientras tanto, la izquierda francesa está intentando recomponerse. Han anunciado que formarán una alianza para presentar candidaturas conjuntas en las próximas elecciones bajo el nombre de nuevo Frente Popular. Su objetivo es enfrentar a la extrema derecha en las urnas.
Sorprendentemente, el candidato que representará a este Frente es Aurelien Rousseau, quien fue ministro de Sanidad en el gobierno de Macron hasta hace poco más de dos meses. Rousseau renunció a su cargo después de que el gobierno aprobara la Ley de Inmigración con los votos de Los Republicanos y del partido de Marine Le Pen.
La decisión de la izquierda de unirse ha sido polémica, ya que intentaron una coalición similar para las elecciones legislativas de 2022 bajo el nombre de Nupes, pero esta coalición se desintegró debido a diferencias con La Francia Insumisa, el ala más a la izquierda del espectro político francés, liderada por Jean-Luc Melenchon. A pesar de estas diferencias, han decidido que es más importante unirse para evitar que la extrema derecha llegue al gobierno en Francia.
Las encuestas actuales predicen una victoria para Le Pen en las urnas, aunque estas proyecciones se basan en los resultados de las elecciones europeas. El candidato del partido de Le Pen, el Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella, logró un apoyo del 32%, el doble que la candidata del partido de Macron.
Los grupos considerados extremos en ambos extremos del espectro político obtuvieron el 50% del voto total, lo que llevó a Macron a convocar nuevas elecciones para «dar la voz al pueblo». Esta decisión ha sido controvertida y criticada, con muchos sugiriendo que podría llevar a Francia a un mayor caos político.
Bardella también ha presentado su programa, en el que ha declarado que no modificará el plan establecido para los Juegos Olímpicos, que se celebrarán unas semanas después de las elecciones. Macron ha criticado ambos programas, tanto el de la izquierda como el de la extrema derecha, afirmando en la Cumbre del G-7 en Italia que representan un gran peligro para el país.
Este conjunto de acontecimientos pone de manifiesto la turbulencia y la incertidumbre que prevalece actualmente en el escenario político francés. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, todas las partes están adoptando tácticas y estrategias para maximizar sus posibilidades de éxito, mientras intentan navegar por el paisaje político siempre cambiante y a menudo impredecible.