La saga política que involucra a los conservadores franceses, divididos entre aquellos que apoyan un pacto con la extrema derecha y aquellos que se oponen a tal medida, ha experimentado una nueva vuelta de tuerca este viernes. Un tribunal de París ha suspendido la decisión del buró político de Los Republicanos (LR) de expulsar a su presidente, Éric Ciotti, esta semana. Ciotti fue expulsado del partido por orquestar una alianza electoral con el Reagrupamiento Nacional (RN), un partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen, sin el conocimiento de su partido.
Siguiendo su expulsión el miércoles, Ciotti apeló a la justicia. Mientras el tribunal se prepara para evaluar el fondo del asunto, la decisión de expulsión ha sido temporalmente anulada y Ciotti ha sido restituido en su cargo. Esta decisión ha causado revuelo entre los miembros del partido, entre ellos barones, senadores y casi todos los diputados, quienes consideran que el pacto con la extrema derecha traiciona los principios e historia del partido.
La expulsión de Ciotti, que fue prácticamente transmitida en vivo por televisión, provocó escenas grotescas. Uno de los momentos más destacados fue cuando Ciotti se encerró en su oficina después de ser destituido. Los partidarios de ambos bandos también se disputaron el control de la marca LR en las redes sociales. La confusión se ha incrementado con la decisión judicial y, a pocas horas de que venza el plazo para presentar candidaturas este domingo, nadie tiene claro quién habla en nombre del partido.
Conocido por varias denominaciones como UMP o RPR, este partido ha gobernado Francia durante buena parte del último medio siglo. Se ha proclamado heredero del legado del general De Gaulle, líder de la Francia libre durante la ocupación nazi y fundador de la Quinta República. Otro presidente de la misma familia política, Jacques Chirac, luchó intensamente contra la extrema derecha. En 2000, cuando el partido del líder de extrema derecha Jörg Haider llegó al poder en Austria como socio de un gobierno de coalición, Chirac se opuso a esta medida a nivel de la UE. En las elecciones presidenciales de 2002, contrariamente a la costumbre, se negó a debatir con el candidato ultra Jean-Marie Le Pen.
El aislamiento de la extrema derecha ha estado disminuyendo con el tiempo. El ex presidente Nicolas Sarkozy se acercó a algunas posiciones del entonces Frente Nacional, logrando derrotarlo y reducir su apoyo electoral. Actualmente, los votantes fluctúan fácilmente entre LR y RN. Incluso líderes que votaron a favor de la expulsión de Ciotti, como el eurodiputado François-Xavier Bellamy, admiten que, en una segunda vuelta entre la izquierda y RN, votarían por este último partido. Aunque se oponen a una alianza formal con la extrema derecha, no se oponen a votar a favor de ella como un mal menor. La saga política en Los Republicanos y el papel de la extrema derecha en la política francesa sigue siendo un tema delicado y de actualidad.