Acuerdo electoral de las izquierdas en Francia complica estrategia de Macron | Internacional

EL PAÍS

La política francesa está en pleno movimiento a medida que se aproximan las elecciones legislativas anticipadas. En una medida que podría cambiar el curso de la política francesa, las izquierdas francesas han anunciado un frente unificado en un intento de desafiar al actual gobierno. Esta alianza va desde los populistas euroescépticos de Jean-Luc Mélenchon hasta los socialdemócratas europeístas de Raphaël Glucksmann.

Este frente unificado se presentará a las elecciones con un programa común que incluye un compromiso con Ucrania y una propuesta para reducir la edad de jubilación. Este último es un tema particularmente controvertido, ya que es una de las reformas más impopulares del actual gobierno dirigido por el presidente Emmanuel Macron.

Este anuncio es una mala noticia para Macron y sus candidatos, que ya están luchando en una campaña difícil después de que el presidente disolviera sorpresivamente la Asamblea Nacional y adelantara las elecciones. Este movimiento se produjo después de la clara victoria del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen en las elecciones europeas.

El acuerdo de la izquierda fue presentado en una comparecencia conjunta en París. El coordinador nacional de La Francia Insumisa (LFI), Manuel Bompard, declaró que este nuevo frente popular no es solo una agrupación de fuerzas políticas, sino algo más grande que une a organizaciones políticas, asociaciones, colectivos y personalidades sindicales y culturales.

Este es un cambio significativo en la política francesa, ya que Macron confiaba en que las divisiones en la izquierda y la irritación de muchos progresistas con la radicalidad y el personalismo de Mélenchon y LFI les llevarían a unirse a su candidatura para las legislativas. Sin embargo, esto no ha ocurrido.

El llamado «nuevo frente popular» se compone de 150 medidas que, según sus signatarios, representan una «ruptura total con la política de Macron». Estas medidas incluyen la revocación de las reformas económicas principales del actual gobierno, un aumento del salario mínimo, y la lucha contra el antisemitismo.

La cuestión de quién sería el primer ministro si la izquierda gana las elecciones aún no se ha resuelto. Según los responsables, el acuerdo es que la formación que obtenga el mayor número de diputados en las elecciones podrá proponer un nombre. Sin embargo, hay líneas rojas: Glucksmann ha descartado a Mélenchon y ha propuesto a Laurent Berger, ex secretario general del sindicato moderado CFDT y figura de la socialdemocracia francesa.

Este movimiento de la izquierda francesa ha provocado reacciones mixtas. El ministro de Economía y Finanzas, el macronista Bruno Le Maire, calificó el programa de la izquierda de «delirio total», y aseguró que es «la garantía del desempleo de masas y la salida de la Unión Europea». Por su parte, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, ha equiparado los programas de La Francia Insumisa y el Reagrupamiento Nacional de Le Pen para calificarlos como un «drama económico que va a arruinar Francia».

En contraste, el eurodiputado Glucksmann justificó su apoyo al acuerdo por la necesidad de evitar una mayoría de extrema derecha. Resumió la situación diciendo: «Es nuestra responsabilidad histórica». También el expresidente François Hollande ha aprobado el acuerdo, ofreciendo a los votantes de centroizquierda una garantía de moderación.

Este nuevo frente es un desarrollo importante en la política francesa y podría tener consecuencias significativas para las próximas elecciones legislativas y para el futuro de la política en Francia.

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