En una reciente conferencia de prensa, la vicepresidenta Carolina Tohá y el ministro (s) de Interior, Manuel Monsalve, presentaron un nuevo balance de la situación en Chile tras el paso de un sistema frontal que ha afectado seriamente la zona centro sur del país. Aunque se considera que «lo peor» ha quedado atrás, ambos líderes enfatizaron que la población no debe bajar la guardia.
Según los informes presentados, el número de damnificados asciende a 6.392, siendo la Región del Biobío la más afectada con 6.309 personas desplazadas. En todo el país, hay 202 personas en albergues, de las cuales 161 se encuentran en el Biobío. Además, se ha informado de 576 personas aisladas debido a las inundaciones y demás daños causados por las fuertes lluvias.
En medio de la devastación, también se ha registrado una trágica pérdida. Un ciudadano murió en Linares, en la Región del Maule, después de que un poste cayera sobre él debido a los fuertes vientos. Este lamentable suceso ha subrayado la gravedad de las condiciones climáticas y la necesidad de tomar precauciones adecuadas.
Además de los desplazamientos y las pérdidas humanas, el sistema frontal también ha afectado la distribución eléctrica. Según Monsalve, aproximadamente 60 mil familias permanecen sin suministro eléctrico, lo que representa menos del 0,8% de los clientes en todo el país.
A pesar de la magnitud de los efectos del sistema frontal, Tohá ha expresado su alivio al indicar que «lo peor de este sistema frontal ha quedado atrás». La intensidad de las lluvias ha disminuido, lo que ha permitido a las autoridades y agencias de ayuda comenzar a evaluar el daño y a realizar los primeros trabajos de auxilio.
En este sentido, Tohá ha puntualizado que, aunque las condiciones han mejorado, no se debe bajar la guardia. Se espera que un nuevo sistema frontal llegue en los próximos días, particularmente el lunes, y se teme que pueda causar más daño dada la gran cantidad de agua ya acumulada en algunas áreas.
La vicepresidenta destacó que la llegada de este nuevo sistema es motivo de preocupación y que, mientras se llevan a cabo los esfuerzos de ayuda, también se están preparando para enfrentar las posibles consecuencias de este próximo sistema frontal. «Sabemos que ese sistema llega a lugares donde ya hay mucha agua acumulada y por lo tanto su capacidad de generar daño es mayor», agregó Tohá.
En resumen, a pesar de que la situación actual ha mejorado en relación con el pico de la tormenta, las autoridades chilenas están preparándose para enfrentar un nuevo sistema frontal. En este contexto, la población se mantiene alerta y preparada para afrontar los posibles desafíos que traerá este nuevo evento climático.
El gobierno de Chile está trabajando incansablemente para proporcionar asistencia a las personas afectadas y para prepararse para los desafíos climáticos futuros. Sin embargo, la situación sigue siendo incierta y requiere un seguimiento constante y una preparación adecuada para mitigar los riesgos y proteger a la población.