Argentina vivió una jornada histórica cuando el gobierno logró aprobar en general el proyecto de Ley Bases en el Senado, después de una maratón de trece horas de debate y una ajustada votación que requirió la intervención de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, para desempatar. La vicepresidenta ejerció su facultad constitucional de desempate, después de trabajosas y vertiginosas negociaciones políticas, y en medio de los reclamos de la bancada kirchnerista que se oponía a que Villarruel fundamentara su voto.
La ley considerada como piedra fundacional legislativa de la gestión del Presidente Javier Milei aún enfrenta discusiones en su articulado específico. Sin embargo, este resultado representa un hito importante para el gobierno, que ha enfrentado una intensa oposición a la iniciativa, principalmente de la bancada kirchnerista y algunos otros legisladores.
Durante la sesión, la tensión se palpaba tanto dentro como fuera del recinto del Senado. En las inmediaciones de un Congreso cercado por las vallas policiales, las fuerzas de seguridad se enfrentaron con manifestantes de los gremios kirchneristas y de partidos de izquierda que protestaban contra las iniciativas del Poder Ejecutivo.
A pesar de tener sólo siete legisladores, menos del 10% del total de los 72 senadores, el Gobierno logró la aprobación en general de la Ley Bases gracias al aporte de un mosaico político integrado por la UCR, Pro, peronistas disidentes y fuerzas provinciales. Estos grupos destacaron la necesidad de darle al Poder Ejecutivo las herramientas que necesita para llevar adelante la administración, pero también criticaron a Milei por la virulencia en sus declaraciones y le advirtieron sobre la necesidad de empezar a mostrar resultados.
El principal peso de la oposición a la iniciativa lo aportó el kirchnerismo, que logró alinear a sus 33 senadores detrás de la impugnación a un gobierno al que responsabilizan por la caída en el poder adquisitivo de los salarios y por el aumento de precios, de la pobreza y del desempleo.
Para alcanzar este objetivo, los negociadores del oficialismo tuvieron que hacer numerosas concesiones, como la eliminación de Aerolíneas Argentinas, el Correo y los medios públicos de Radio y Televisión Argentina (RTA) del artículo que habilitaba al Gobierno a poner a la venta o concesionar un total de siete empresas públicas.
La sesión legislativa, que se extendió hasta bien entrada la madrugada, también tuvo momentos de tensión, como cuando la vicepresidenta Villarruel se enfrentó a la conducción del bloque de Unión por la Patria para evitar una maniobra que buscaba pasar a cuarto intermedio la sesión.
En medio de este clima, el jefe del bloque oficialista, Ezequiel Atauche (Jujuy), respondió a las críticas diciendo que el Gobierno de Alberto Fernández había dejado al país con la peor inflación desde el regreso de la democracia y una deuda bruta de 90.180 millones de dólares.
El debate sobre la Ley Bases en Argentina ha mostrado la polarización de la política en el país, con el gobierno luchando para aprobar una ley que considera fundamental para su gestión, mientras enfrenta una oposición fuerte y organizada. La aprobación de la ley en general es sólo el primer paso en un camino que aún tiene muchas discusiones y desafíos por delante.