El jurado inicia deliberaciones sobre la culpabilidad de Hunter Biden por la adquisición y tenencia de un arma | Sección Internacional

EL PAÍS

El hijo del presidente de Estados Unidos, Hunter Biden, se enfrenta a tres cargos criminales en un tribunal de Wilmington, Delaware. El fiscal que acusa a Biden ha empleado la misma frase que su padre, Joe Biden, usó tras la condena de su antecesor, Donald Trump: «Nadie está por encima de la ley». Esta frase refuerza el mensaje de que nadie, incluyendo el hijo del presidente, está exento de rendir cuentas ante la ley. Hunter Biden ha optado por no declarar, por lo que ambas partes han presentado sus conclusiones y el jurado se ha retirado a deliberar.

El 12 de octubre de 2018, Hunter Biden compró un revólver Colt Cobra en el StarQuest Shooters & Survival Supply, una tienda de armas de fuego en Wilmington. Al hacerlo, rellenó un formulario negando ser un consumidor ilegal o adicto a cualquier estimulante, droga narcótica o cualquier otra sustancia controlada.

El fiscal ha presentado pruebas de las adicciones de Hunter Biden a lo largo del juicio, incluyendo extractos de sus propias memorias, Cosas Bonitas, en las que admite haber sido adicto a las drogas durante cuatro años hasta marzo de 2019. Testimonios de su exmujer y dos exnovias revelaron su consumo habitual de crack y sus intentos fallidos de desintoxicarse.

A pesar de las pruebas presentadas, la defensa de Biden argumenta que en el momento de la compra del revólver, Biden pudo haber creído que estaba libre de drogas tras completar sesiones de rehabilitación en agosto de 2018. Por lo tanto, sostienen que no mintió a sabiendas al comprar el revólver, lo que podría absolverlo de los cargos.

Las pruebas en su contra incluyen rastros de cocaína encontrados en el envoltorio donde apareció el revólver y mensajes de texto que envió días después de la compra, reconociendo el consumo de crack. Sin embargo, la defensa sostiene que no hay pruebas suficientes de que Biden fuera consumidor o adicto en el momento de la compra del revólver.

El juicio requiere un veredicto unánime. Los 12 miembros del jurado deben estar de acuerdo en su decisión. Si no pueden llegar a un acuerdo, no habrá veredicto.

Los cargos contra Hunter Biden incluyen hacer una declaración falsa al comprar un arma de fuego, hacer una declaración falsa en los documentos a mantener en los archivos del vendedor del arma, y posesión ilegal de un arma de fuego. Podría enfrentar hasta 25 años de prisión y multas de hasta 250.000 dólares por cada delito, aunque es poco probable que se le imponga la pena máxima.

En términos de su defensa, Hunter Biden inicialmente admitió la compra y posesión ilegal del arma como parte de un acuerdo con la fiscalía para ser condenado con penas menores por dos delitos fiscales. Sin embargo, este acuerdo fue rechazado por la jueza Maryellen Noreika, y ahora enfrenta nueve cargos por presuntos delitos fiscales en los tribunales de California.

En la última sesión del juicio, familiares de Biden, incluyendo la primera dama, Jill Biden, estuvieron presentes en la sala del tribunal. Joe Biden ha declarado que aceptará el veredicto del jurado y ha descartado la posibilidad de un indulto presidencial para su hijo. En sus propias palabras, «nadie está por encima de la ley».

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