El grupo de las democracias más industrializadas, el G7, ha llegado a un principio de acuerdo para otorgar un préstamo de unos 46.000 millones de euros a Ucrania. Este préstamo se financiará con los intereses generados por los activos congelados a Rusia, una medida punitiva por la invasión de Ucrania. El anuncio se hizo en la reunión del G7 que tuvo lugar el jueves en la ciudad italiana de Bari.
La reunión fue organizada por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, líder del partido de ultraderecha. Meloni, quien recientemente obtuvo una victoria en las elecciones europeas, recibió a los líderes del G7 en un momento en que varios de ellos, como Olaf Scholz y Emmanuel Macron, atraviesan situaciones políticamente complicadas tras los resultados electorales que han mostrado un aumento de la extrema derecha en toda Europa.
El principal objetivo de la reunión era impulsar el uso de los activos congelados al banco central ruso. De acuerdo con una fuente cercana a las negociaciones, los líderes del G7 ya han llegado a un principio de acuerdo que espera ser anunciado al final del día, en la presencia de Volodimir Zelenski.
En un contexto político convulso tras los resultados electorales, Meloni recibió a los líderes en medio de olivos al sur de Italia. A la reunión también asistió Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, quien espera revalidar su cargo con el apoyo de París y Berlín, así como el del Consejo Europeo, Charles Michel. Por primera vez, el Papa Francisco también asistirá a la reunión.
Además de la situación en Ucrania, la agenda de la reunión incluía temas como la guerra en Gaza, la inmigración y la competencia de China. Impulsados principalmente por EE. UU., los líderes buscarán articular un mecanismo que permita utilizar los fondos bloqueados a Rusia (unos 300.000 millones de dólares) para convertirlos en un préstamo para Ucrania. Este dinero podría ser utilizado para defensa o para reconstrucción.
La reunión del G7 también ha tomado en cuenta el futuro incierto de la política de los EE. UU. El presidente Joe Biden está tratando de asegurar esta ayuda a Ucrania ante la posibilidad de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre. En este caso, la ayuda estadounidense a Kiev se detendría.
Meloni declaró en la apertura de la cumbre que el grupo del G7 desempeña un papel insustituible en la gestión de las crisis globales, en particular aquellas que amenazan nuestra libertad y nuestra democracia. En un mensaje en Telegram, Zelenski dijo: «Esperamos que hoy se tomen decisiones importantes».
Además, Joe Biden y Volodimir Zelenski firmarán el jueves un acuerdo bilateral de seguridad y el primer ministro británico, Rishi Sunak, anunciará una nueva ayuda de 242 millones de libras (286 millones de euros).
Otro de los objetivos es establecer un discurso común frente a la posición de China en sectores industriales clave. Se le acusa de competencia desleal, de dopar ilegalmente su mercado de coches eléctricos e inundar así los mercados con vehículos a bajo precio, subvencionados. La cumbre terminará el sábado, dando inicio a otra secuencia de eventos: la de la paz que se celebra en Suiza en apoyo a Ucrania y a la que asistirán más de 90 países, sin Rusia ni China.
A medida que la situación mundial se desarrolla, la reunión del G7 en Bari, Italia, sirve como una plataforma para que los líderes mundiales tomen decisiones importantes y cambien el curso de eventos globales. Ya sea en Ucrania, Gaza, la inmigración o China, la capacidad de los líderes para tomar decisiones y encontrar soluciones es crucial para el futuro de la democracia y la libertad.