La ciudad de Santiago, la capital de Chile, es conocida por su belleza, cultura vibrante, y también por sus inundaciones recurrentes. Cada vez que llueve en la ciudad, las autoridades instan a la población a prepararse para las inundaciones que parecen seguir a cada sistema frontal. Esto ha llevado a una serie de preguntas: ¿Por qué Santiago se inunda? ¿Se debe a un problema de diseño de la ciudad? ¿Qué medidas podrían ayudar a mitigar las inundaciones?
Ricardo Abuauad, arquitecto y decano del Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello (UNAB), proporcionó algunas respuestas en una entrevista con EL DÍNAMO. Según él, Santiago se inunda por varias razones, la primera de las cuales es que la urbanización de la ciudad se realizó sin tener en cuenta la necesaria permeabilidad del suelo. Como resultado, el suelo no es lo suficientemente permeable y el agua de lluvia simplemente se escurre por la superficie, convirtiendo gran parte del espacio público en una enorme canaleta.
Otro problema, según Abuauad, es la falta de una red de colectores de aguas lluvias adecuada en la ciudad. Esto se limita a ciertos sectores de la ciudad, especialmente los más antiguos. Además, una buena parte de la ciudad no cuenta con colectores de aguas lluvia adecuados.
Una tercera razón para las inundaciones recurrentes en Santiago es la falta de planificación en términos de escorrentía de agua, que es el proceso por el cual el agua de lluvia fluye a través de la red de drenaje hasta alcanzar la red fluvial. Además, la ciudad no absorbe el agua como una esponja, que es lo que debería suceder y lo que se está proponiendo en otras grandes ciudades del mundo.
Enrique Vial, otro arquitecto, urbanista y académico de la UNAB, mencionó que los ríos de la zona central de Santiago son torrentes muy difíciles de controlar. La mayor parte del año llevan poca agua, pero una lluvia torrencial puede provocar que desciendan enormes cantidades de agua desde la cordillera, que no tiene suficiente vegetación para retenerla.
Vial también señaló que las defensas del Río Mapocho son suficientes para lluvias promedio, pero insuficientes para eventos anormales. Además, con el cambio climático, estos eventos se están haciendo más frecuentes. Según Vial, los problemas de inundación que Santiago enfrenta hoy en día se incubaron en las décadas de 1960 y 1970, cuando la urgencia era proporcionar vivienda debido a las migraciones del campo a la ciudad y a la explosión demográfica. Como resultado, ahora hay problemas como la falta de defensas fluviales.
José Manuel Fuentes, ingeniero en construcción y académico de UNAB, explicó que el mayor problema de las inundaciones en Santiago se debe al diseño, la gestión y la construcción urbana. Estos factores han reducido significativamente la cantidad de terrenos naturales permeables que absorbían el agua de lluvia. Ahora, la mayoría de estos terrenos están cubiertos por edificaciones y pavimentos, lo que aumenta la escorrentía superficial.
Para Fuentes, solucionar este problema en el mediano plazo es posible, pero requiere una actualización integral de la planificación territorial. Los planes reguladores comunales y metropolitanos deben considerar la gestión de aguas lluvias en futuros proyectos de construcción. Además, enfatizó la importancia de integrar soluciones sostenibles, como el uso de pavimentos permeables y techos verdes, que aumentan la capacidad del suelo para infiltrar agua. La implementación de infraestructuras verdes como parques de inundación también podría mejorar significativamente la gestión de las aguas pluviales.
En resumen, las inundaciones en Santiago son un problema complejo con múltiples causas. Sin embargo, con una planificación cuidadosa y la adopción de soluciones sostenibles, es posible que la ciudad pueda mitigar este problema en el futuro.