La mielofibrosis, una enfermedad heterogénea y considerada rara, ha sido el objeto de dos estudios recientes en los que ha intervenido el doctor Juan Carlos Hernández Boluda, autor senior de ambas investigaciones, miembro del Grupo de Investigación en neoplasias en línea mieloide de INCLIVA y del Servicio de Hematología del Hospital Clínico Universitario de València, profesor asociado del Departamento de Medicina de la Universitat de València y presidente de GEMFIN (Grupo Español de Enfermedades Mieloproliferativas Filadelfia Negativas).
El doctor Hernández Boluda ha tenido un papel principal en varios Proyectos FIS (Fondos de Investigación en Salud), los cuales se han centrado en estudiar el papel de las alteraciones moleculares en el riesgo de complicaciones trombóticas y de evolución a leucemia aguda en los pacientes con mielofibrosis.
La mielofibrosis es una enfermedad que presenta una gran variabilidad a nivel clínico. Algunos pacientes pueden mantener un buen estado de salud durante años, mientras que, en otros, la enfermedad puede ser muy agresiva y progresar hacia una leucemia en un corto plazo de tiempo. Esta enfermedad se caracteriza por presentar mutaciones en uno de los 3 genes típicos (JAK2, CALR, MPL), denominados genes conductores de la enfermedad.
Además, los pacientes pueden presentar otras alteraciones genéticas que influyen en el curso clínico, dando lugar a un mayor o menor grado de síntomas o de anemia. Entre los síntomas más comunes se encuentran el cansancio, pérdida de peso, sudoración profusa nocturna y dolor y sensación de saciedad debido al aumento del tamaño del bazo. La anemia es muy frecuente y, en ocasiones, requiere de la transfusión de sangre.
La incidencia de la mielofibrosis en España es de 5-7 casos por cada millón de habitantes y año. Predomina en las personas de avanzada edad, con una media de edad al diagnóstico de 65 años, y se detecta con más frecuencia en hombres.
El tratamiento actual se centra en disminuir los síntomas para mejorar la calidad de vida del paciente. En este sentido, el único tratamiento curativo es el trasplante de progenitores hematopoyéticos, técnica utilizada para reemplazar el tejido hematopoyético del paciente, que es el responsable de la producción de células sanguíneas, por otro sano de un donante.
Sin embargo, este trasplante se reserva para los pacientes con una mielofibrosis de alto riesgo, debido a las graves complicaciones asociadas a este procedimiento. Por eso, anticipar el riesgo de la enfermedad en los pacientes con mielofibrosis es fundamental para establecer el tratamiento más adecuado en cada caso.
Los citados estudios sobre esta enfermedad han tenido como objetivo común anticipar con mayor precisión la supervivencia de los pacientes con mielofibrosis desde el momento del diagnóstico. En ambos estudios han participado pacientes de centros adscritos al grupo GEMFIN.
El estudio publicado en American Journal of Hematology se centró en identificar el impacto de las alteraciones moleculares en el riesgo de evolución a leucemia y en la supervivencia de los pacientes con mielofibrosis. En este estudio participaron un total de 581 pacientes diagnosticados en distintos centros españoles, que fueron secuenciados mediante Next Generation Sequencing (NGS) -tecnologías diseñadas para analizar gran cantidad de ADN de forma masiva y paralela- para determinar su perfil de alteraciones moleculares.
Se estudió la correlación entre las distintas alteraciones moleculares y la supervivencia de los pacientes. En este estudio se confirmó el papel pronóstico desfavorable de las mutaciones en los genes SRSF2, IDH1, IDH2 y EZH2. Sin embargo, se demostró por primera vez que la carga alélica de la mutación (cantidad de células mutadas) del gen ASXL1 era lo que determinaba su impacto pronóstico desfavorable.
El objetivo principal del trabajo de HemaSphere fue desarrollar un modelo pronóstico personalizado para anticipar la supervivencia y el riesgo de leucemia de los pacientes con mielofibrosis, basado en técnicas de inteligencia artificial (machine learning). Este modelo se creó a partir de la información clínico-hematológica y molecular de 581 pacientes con mielofibrosis diagnosticados en distintos centros españoles. El resultado final es una calculadora online que permite, una vez introducidos los datos, anticipar la supervivencia de los pacientes.