Los avances en el tratamiento del cáncer de próstata, especialmente en casos avanzados, están proporcionando nuevas esperanzas para los pacientes. Entre estos avances se encuentran los inhibidores de PARP y los nuevos radiofármacos, como el 177Lu-PSMA-617. Los inhibidores de PARP han demostrado aumentar la supervivencia en pacientes con cáncer de próstata avanzado con alteraciones en genes implicados en la reparación del ADN, siendo el más común el BRCA2. Los radiofármacos, por otro lado, están emergiendo como una nueva opción de tratamiento efectiva.
Estos avances son el resultado de décadas de investigación y desarrollo en el campo de la oncología. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha destacado estos avances como parte de su campaña de comunicación, En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas. La intención de esta campaña es informar al público sobre los progresos que se están haciendo en el tratamiento de varios tipos de cáncer.
El cáncer de próstata es el primer cáncer más diagnosticado en hombres en España, con una estimación de 30.316 nuevos casos en 2024, según el informe de SEOM Las cifras del cáncer en España. A pesar de ser el tumor más prevalente en los hombres, ocupa el tercer lugar como responsable del número de muertes por cáncer en los hombres en España. Sin embargo, la tasa de mortalidad ha estado disminuyendo de manera constante.
La mayoría de los casos de cáncer de próstata se diagnostican en estadios iniciales, y sólo el 10% de los casos son avanzados (metastásicos) en el momento del diagnóstico. En estos estadios iniciales, el cáncer de próstata es curable en la mayoría de los casos mediante cirugía, radioterapia/braquiterapia, con o sin la adición de hormonoterapia. Sin embargo, aproximadamente el 30% de los pacientes experimentarán una recurrencia de la enfermedad, que puede conducir a una enfermedad metastásica e incurable.
En el caso del cáncer de próstata avanzado, es importante diferenciar varios grupos de pacientes, ya que las implicaciones del tratamiento son diferentes para cada uno. Por un lado, tenemos el cáncer de próstata hormonosensible metastásico, que puede ser un diagnóstico de novo o recurrente después de un tratamiento local previo. Por otro lado, está la enfermedad resistente a la castración, que puede ser metastásica (lo más común) o no metastásica.
Los avances más significativos en el tratamiento de la enfermedad se han realizado en estos casos avanzados. En el escenario hormonosensible metastásico, el uso de dobletes con agentes hormonales (apalutamida, enzalutamida, abiraterona) o tripletes con docetaxel y agentes hormonales (abiraterona o darolutamida) se considera la elección preferida. Posteriormente, en la enfermedad resistente a la castración metastásica (CPRCm), las opciones de tratamiento son múltiples: quimioterapia (docetaxel o cabazitaxel), agentes hormonales (abiraterona o enzalutamida), o radiofármacos (radio-223 o 177Lu-PSMA-617).
En los últimos años, en el CPRCm, se ha demostrado el beneficio de los inhibidores de PARP, ya sea en monoterapia o en combinación con agentes hormonales, principalmente en pacientes con alteraciones en genes implicados en la reparación del ADN. Las alteraciones en estos genes están presentes en el tejido tumoral de hasta el 30% de los pacientes con CPRCm.
En otro contexto de la enfermedad, en pacientes con carcinoma de próstata resistente a la castración que aún no han desarrollado metástasis, tanto apalutamida como enzalutamida y darolutamida, todos ellos agentes hormonales, han demostrado retrasar la aparición de metástasis en aproximadamente dos años, disminuir el riesgo de aparición de síntomas en más de un 50%, además de prolongar la supervivencia de los pacientes.
Uno de los desafíos actuales más importantes es determinar el valor de la secuencia óptima de fármacos para obtener el máximo beneficio en cada paciente en particular. A ello están contribuyendo los nuevos descubrimientos en la biología molecular de la enfermedad, que están permitiendo avances en el desarrollo de la medicina personalizada. El análisis de nuevos biomarcadores en biopsias líquidas, tanto células tumorales circulantes como ADN circulante, se encuentra actualmente en evaluación en varios estudios y podría, en el futuro, determinar la elección del tratamiento óptimo basado en el perfil molecular individual de cada paciente.
Todos estos medicamentos han sido posibles gracias a la realización de ensayos clínicos en múltiples centros del mundo, y a la generosa participación de los pacientes en ellos. En estos avances, ha habido una participación muy significativa de centros españoles. SEOM continúa abogando por la participación en ensayos clínicos que sigan intentando mejorar la seguridad y eficacia de estos tratamientos. Pero, por encima de todo, es necesario que aquellos progresos que muestren beneficios significativos se incorporen de manera equitativa para todos los pacientes, y que el acceso al mejor tratamiento para su enfermedad sea universal.