El destino de las ‘booth babes’: ¿Por qué las jóvenes ligeras de ropa continúan atrayendo en las ferias de tecnología? | Tecnología

EL PAÍS

En el mundo de las ferias tecnológicas, una práctica que ha generado controversia a lo largo de los años es el uso de las llamadas booth babes, mujeres jóvenes y atractivas contratadas para promover productos o empresas. Aunque esta tendencia ha disminuido en eventos occidentales como el CES o el MWC, sigue siendo una estrategia de marketing común en Asia. Un ejemplo de esto es la reciente edición de Computex 2024, la feria de tecnología más grande de Asia, que tuvo lugar en Taipéi.

Weihsin, una joven de 25 años, se convierte en el centro de atención al posar para fotos en un top, minifalda, botas con tacones y una diadema con orejas azules. Su pecho luce una pegatina con el nombre de DeepCool, la compañía que representa en el evento. A pesar de las críticas que esta práctica ha recibido, algunos asistentes, como un par de estudiantes taiwaneses de 24 y 25 años, la consideran una estrategia de marketing efectiva.

Carmen Ruiz Repullo, profesora de Sociología de la Universidad de Granada y experta en género, critica la explotación del cuerpo femenino en estas ferias. Según ella, las booth babes son vestidas no por su conocimiento tecnológico, sino para agradar a la mirada masculina.

Weihsin, que trabaja como animadora de un equipo de Taiwán, cobra entre 4.000 y 6.000 dólares taiwaneses al día, equivalentes a entre 110 y 170 euros. Aunque no le importa tomarse fotos con los asistentes, se siente incómoda cuando estos se acercan demasiado.

Además de Weihsin, otras mujeres jóvenes son contratadas para posar en stands de empresas tecnológicas como ASRock, Montech, FSP, Persona, Innio3D o Biwin. Kiki y Rainie, dos modelos taiwanesas de 27 años, han sido contratadas por Biwin para la feria.

Sin embargo, no todas las empresas participantes en Computex contratan a booth babes. Carlos Villanueva, jefe de marketing global de Cooler Master, afirma que su empresa no está allí para vender físicos, sino productos. Por otro lado, Chris Chen, de Montech, compara la situación con un espectáculo y sostiene que la apariencia sexy de las modelos no necesariamente implica una cosificación.

En medio de esta discusión, un incidente que llamó la atención durante Computex 2024 fue la firma del CEO de Nvidia, Jensen Huang, en el pecho de una de las booth babes. Ruiz Repullo considera que este tipo de acciones perpetúan la cosificación de la mujer y fortalecen el relato del capital erótico.

El uso de booth babes en ferias tecnológicas ha disminuido en los últimos años, especialmente en eventos occidentales. Por ejemplo, el CES ha ajustado su código de vestimenta para evitar ropa sexualmente reveladora. Sin embargo, en eventos como Computex, esta práctica aún persiste.

Según Ana Dolores Verdú Delgado, investigadora en el campo de las ciencias sociales, la libertad de las mujeres para escoger ser booth babes es una idea utilizada para deslegitimar las opiniones críticas. Afirma que la libertad es relativa y que participar en la propia cosificación no es necesariamente un acto de libertad, sino de inercia.

En resumen, el uso de booth babes en ferias tecnológicas es una práctica que sigue generando controversia. Mientras algunas personas lo ven como una estrategia de marketing efectiva, otras lo critican por perpetuar la cosificación y explotación del cuerpo femenino.

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