Debate entre conservadores británicos sobre eliminar el ostracismo a Farage, populista, en las elecciones del Reino Unido | Internacional

EL PAÍS

Las próximas elecciones generales en el Reino Unido han provocado una serie de declaraciones y rumores que han sacudido la política británica. En el centro de estos sucesos se encuentra el candidato conservador, Rishi Sunak, quien, a pesar de las declaraciones pesimistas y los rumores sobre una posible renuncia, insiste en que no abandonará la carrera antes del día de las elecciones.

Los titulares de los diarios digitales The Times y The Guardian se han centrado en las declaraciones de Sunak, marcadas por un tono de derrotismo. Entre ellas, destacan frases como «No dimitiré antes del día de la votación» y «El primer ministro promete luchar hasta el último día de campaña». Estas declaraciones llegan en un momento en el que el Partido Conservador se encuentra en un estado de descomposición que ha propiciado la aparición de debates absurdos y arriesgados.

Uno de estos debates gira en torno a la posibilidad de levantar el cordón sanitario impuesto por los tories en torno al populista ultra Nigel Farage, el político que impulsó el Brexit y que ha agitado como ningún otro las aguas del Reino Unido. La exministra del Interior, Suella Braverman, ha abierto la puerta a la incorporación de Farage al Partido Conservador, argumentando que no hay muchas diferencias entre las políticas defendidas por ambos.

Esta propuesta de Braverman, que supone un giro radical en la política conservadora, es apoyada por otro destacado euroescéptico, Jacob Rees-Mogg. Rees-Mogg ha aplaudido la idea de unir fuerzas con Reform UK, el partido de Farage, y ha instado a Sunak a levantar el teléfono y llamar a Farage, a quien considera una figura política muy importante.

En este contexto de tensión política, la irrupción de Farage en la escena política ha agitado las encuestas. Antes del anuncio de su candidatura, la empresa YouGov no daba ningún escaño a Reform UK. Sin embargo, con Farage en campaña, la formación podría llegar a tener hasta cuatro diputados en la próxima legislatura.

Este cambio en las encuestas tiene importantes implicaciones para el Partido Conservador. Según YouGov, la fuerza recobrada de Reform UK puede dividir el voto conservador en 30 circunscripciones, facilitando que el Partido Laborista se haga con esos escaños y disminuyendo aún más la ya paupérrima representación parlamentaria que las encuestas vaticinan a los tories.

A pesar de las insinuaciones de Farage, que incluso llegó a afirmar que Sunak «no es un patriota», el candidato conservador intenta ignorar la amenaza de su rival. Sunak ha afirmado que no le interesa lo que venga de Reform UK y que su principal preocupación es que su agenda llegue al electorado británico.

Otros personajes relevantes del Partido Conservador, como la ministra de Negocios y Energía, Kemi Badenoch, han decidido enfrentarse a Farage. Badenoch, que cuenta con el apoyo de moderados y no tan moderados en las filas tories, ha asegurado que Farage persigue destruir el Partido Conservador y ha defendido la necesidad de preservar la fortaleza de la formación.

Esta confrontación política se produce en un contexto en el que Farage, candidato de Reform UK, se atreve a invitar a los tories a abandonar sus filas y sumarse a su formación. Farage ha proclamado su ambición de convertirse en el partido más apoyado en el Reino Unido en las elecciones de 2029 y ha pronosticado que los conservadores están al borde del hundimiento absoluto.

En este escenario político tan convulso, la importancia de seguir de cerca los acontecimientos es crucial. La evolución de las encuestas, las declaraciones de los políticos y los movimientos entre los partidos son aspectos clave para entender el panorama político británico en las próximas elecciones generales.

Deja una respuesta