La tranquila región de Valparaíso, en la ciudad de Viña del Mar, se vio sacudida por la aparición de un nuevo socavón en el edificio de Reñaca la noche del sábado 8 de junio. Como resultado, decenas de familias se vieron obligadas a abandonar su hogar y buscar refugio.
El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) informó que el derrumbe tuvo lugar en el edificio Euromarina II. Según estimaciones preliminares, el hueco mide aproximadamente 30 metros de profundidad y 15 metros de longitud, lo que provocó un escenario de alarma y preocupación para los habitantes del edificio.
El director regional de Senapred, Christian Cardemil, informó que se decidió evacuar las torres 3 y 4 del edificio de manera preventiva. La decisión se tomó después de un análisis inicial del socavón, que reveló su considerable tamaño y profundidad.
La delegada presidencial de Valparaíso, Sofía González, anunció que se realizaría una mesa técnica para adoptar las medidas necesarias para abordar la situación. Sin embargo, los residentes del edificio afectado expresaron su frustración y miedo ante lo que perciben como una falta de acción por parte de las autoridades.
Uno de los residentes del edificio afectado, en conversación con T13, afirmó que la emergencia había sido avisada previamente a las autoridades. Según él, se han producido varios socavones en distintas oportunidades, los cuales se han comunicado al Ministerio de Obras Públicas y a la delegación que corresponde. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha tomado ninguna medida para abordar la situación.
Otro residente del mismo edificio expresó su incertidumbre y esperanza de que las autoridades tomen las medidas correspondientes. Sebastián Navarrete, un residente de un edificio cercano, criticó la falta de planificación y la incertidumbre que esta situación está generando.
Navarrete describió la situación como complicada y lamentó que la gente no pueda dormir tranquila, especialmente en invierno. Además, señaló que la situación está empeorando, lo que genera miedo e impotencia entre los residentes.
Navarrete también expresó su preocupación por la falta de trabajos especiales para prevenir estos incidentes. Según él, existen varias medidas que se podrían tomar, como la instalación de colectores de aguas lluvias y la desviación de los tránsitos de agua. Sin embargo, no parece que se estén tomando estas medidas.
Finalmente, Navarrete lamentó la incertidumbre que viven muchas familias, especialmente aquellas con niños. Destacó la falta de vías de escape alternativas y subrayó la necesidad de una acción rápida para resolver la situación.
La aparición de este nuevo socavón en Reñaca pone de manifiesto la necesidad de una planificación y gestión efectiva para prevenir y gestionar este tipo de incidentes. A medida que las familias afectadas esperan respuestas y soluciones, queda claro que es necesario un esfuerzo colectivo para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los residentes.