El último domingo, las elecciones primarias en Chile vieron una asistencia de votantes significativamente baja, con solo un 6,19% del padrón habilitado haciendo su camino a las urnas. Esta cifra, que se traduce en 299.699 personas, es sorprendentemente baja, especialmente cuando se considera que las elecciones se llevaron a cabo en 60 comunas para seleccionar candidatos a alcaldes y se realizaron en dos regiones, Coquimbo y Aysén, para definir a los candidatos a gobernadores.
Como todas las elecciones, este proceso trajo consigo ciertas restricciones. Los colegios que funcionaron como locales de votación tuvieron que suspender las clases, mientras que a nivel comunal, varios comercios tuvieron que cerrar o limitar sus ventas debido a la ley seca. Estas restricciones han comenzado a generar las primeras quejas, con algunos argumentando que el número de personas afectadas por estas restricciones superó el número de personas que votaron.
Teresa Romero, fundadora de Escuelas Abiertas, argumentó que cada vez que las clases se cancelan, no solo se perjudica a los niños al interrumpir su proceso de aprendizaje y no recibir su alimentación adecuada, sino que también se pone trabas a las madres y padres que deben cumplir con obligaciones laborales. Además, destacó que la interrupción sistemática de clases perjudica el desarrollo del país.
Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, sostuvo que, aunque es razonable que la infraestructura escolar se utilice para las elecciones generales debido a la logística que implica, el derecho a la educación debería ser primordial en elecciones de menor relevancia y participación.
El sector del comercio también resiente las restricciones electorales. José Pakomio, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), explicó que debido a los cierres de locales, las personas tuvieron que cruzar de una comuna a otra para poder comprar y abastecerse, provocando desplazamientos innecesarios en un día comúnmente de descanso. Pakomio espera que esta normativa se revise en las discusiones parlamentarias sobre las elecciones de octubre.
Máximo Picallo, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), señaló que grandes centros comerciales, como el Patio Bellavista o el Mall Panorámico en la comuna de Providencia, estuvieron obligados a cerrar, afectando a los restaurantes ubicados en ellos. Además, en otros restaurantes no se pudo vender alcohol. Según Picallo, la cantidad de personas afectadas por estas restricciones fue infinitamente mayor que las pocas personas que votaron, lo que considera vergonzoso.
Estas restricciones, junto con la baja participación en las elecciones, han generado un debate sobre si estas medidas son necesarias durante las elecciones de menor relevancia y participación. Con nuevas elecciones programadas para octubre, este debate seguramente continuará en los próximos meses.