Los scramblers no son una novedad en el mundo de las motos. Nacieron en los años 50 y 60 en las carreras campo a través en Reino Unido, y estaban basadas en motos de calle. Se caracterizaban por tener modificaciones para moverse fuera del asfalto, como una suspensión con más recorrido, ruedas de tacos o un escape elevado. Las scramblers actuales se inspiran en las de antaño, con una estética vintage y una orientación mixta, en algunos casos con toques trail. Una de estas scramblers modernas es la Honda CL500, una moto que superará los 100.000 km sin problemas, consume 3,6 l/100 km y la puedes pilotar con el carnet A2.
La Honda CL500 es parte de la familia de medio litro de Honda, en la que encontramos superventas de las que ya os hemos hablado, como las CB500 Hornet, CBR500R o NX500, además de las CMX500 Rebel de orientación custom. Con todas ellas comparte el mismo motor, un bicilíndrico de ocho válvulas, refrigeración líquida, 471 centímetros cúbicos y 47 CV de potencia a 8.500 rpm. Un motor muy agradable, con 43 Nm de par, y conocido por su gran fiabilidad y durabilidad: es capaz de superar, sin problema alguno, los 100.000 km.
Puede parecer una cifra baja para un coche, pero para una moto, es equivalente a unos 300.000 km. La marca japonesa tiene una reputación de oro en cuanto a fiabilidad, y se cimienta en propulsores como este. Además, es un motor conocido por su eficiencia: homologa un consumo medio de 3,6 l/100 km, y con un depósito de combustible de 12 litros, la autonomía real rondará los 300 km. Lo más llamativo de una scrambler moderna – y por donde conquistan a su público – es su diseño, y en ese punto, la Honda CL500 da el do de pecho.
Su faro delantero LED, su asiento plano o su escape lateral se dan la mano con unas llantas de 19 pulgadas en el eje delantero y 17 pulgadas en el trasero – calzadas con neumáticos mixtos. A ello se le une un manillar elevado y una parte ciclo que si bien está orientada al pilotaje sobre asfalto, no se amilanará en caminos o pistas en relativo buen estado. Esta moto tiene suspensiones con al menos 145 mm de recorrido y componentes robustos en la parte ciclo, como una horquilla delantera de 41 mm o un amortiguador trasero con tres ajustes de precarga.
La frenada es de calidad, con pinzas Nissin en ambos ejes, un disco delantero de 310 mm y un disco trasero de 240 mm. La CL500 cuenta con ABS de doble canal de serie, pero carece de control de tracción – es un elemento no imprescindible en una moto de cilindrada media orientada a poseedores del carnet A2. Con un peso en orden de marcha de 192 kilos, es una moto ágil, y su suspensión es de tarado cómodo. Su postura de pilotaje es erguida y relajada, con un asiento situado a 790 mm del suelo – esto permite apoyar los pies en el suelo cuando nos paremos.
Su asiento es grande y cómodo, y es apto para dos pasajeros. Las Honda CL500, aunque se inspiren en motos off-road, son motos que son muy aptas para nuestro día a día y la circulación urbana. Su buena visibilidad y mantenimiento bajo son dos de sus puntos fuertes, además de tener una estética marcada, diferente a la de la típica moto naked. Sus seis marchas están bien escalonadas y ofrecen una aceleración viva, con unas prestaciones más que suficientes, pero que no son extremas, ni nos pondrán en peligro si «nos calentamos» más de lo debido.
Su precio al contado es de 6.790 euros. Podemos personalizarla con los packs Adventure, Style y Travel – siendo Adventure y Style complementarios – y elementos como puños calefactados o maletas de viaje. Su rival más directa es la Scrambler de Ducati, de más cilindrada y 73 CV – limitable para el A2 – pero también mucho más cara, con un precio de más de 11.000 euros.