Las elecciones federales belgas celebradas el domingo se han saldado con una victoria para el partido nacionalista flamenco N-VA, que se ha llevado el 17,4% de los votos. En segundo lugar, ha quedado el partido de ultraderecha Vlaams Belang con el 14,4% de los votos, a pesar de haber sido considerado como favorito en las encuestas previas.
Los resultados han llevado al actual primer ministro, el liberal Alexander De Croo, a presentar su dimisión debido a los malos resultados de su partido, Open Vld, que solo ha obtenido el 5,6% de los votos.
El tercer lugar ha sido para la izquierda francófona y flamenca (PTB-PVDA) y los liberales francófonos (MR), ambos con el 9,6% de los votos. Tras ellos, se encuentran los socialistas flamencos (Vooruit) con el 8,4% y los cristianodemócratas flamencos con el 8,3%.
Los socialistas francófonos han registrado una caída hasta el 7,3% y los cristianodemócratas francófonos, Les Engagés, han subido hasta el 6,5%. Por su parte, el partido Open Vld ha obtenido uno de los peores resultados con un 5,6%, seguido de los verdes flamencos GROEN con un 4,7% y los verdes francófonos Ecolo con un 2,8%.
El líder del partido ganador, N-VA, Bart De Wever ha comentado que «Flandes ha elegido la autonomía más que nunca». De Wever ha destacado que «los flamencos han optado por salvaguardar su prosperidad, una política que premia a quienes trabajan, ahorran y emprenden».
Además, ha añadido que «con estas opciones habrá que tener en cuenta, que Flandes está pasando página de la política de Vivaldi», en referencia a la actual coalición que gobierna a nivel federal en Bélgica, formada por siete partidos, incluidos los liberales de Flandes y Valonia, los socialistas y ecologistas de ambas regiones y los democristianos flamencos.
De Wever llevaba meses marcando distancias con el Vlaams Belang, el partido separatista y anti-inmigración dirigido por Tom Van Grieken que ya en las elecciones de 2019 se situó como el segundo más votado a nivel federal. De hecho, De Wever había incidido mucho en la idea de profundizar en el confederalismo en Bélgica, frente a las llamadas en favor de una Flandes independiente por parte del Vlaams Belang.
Por su parte, el líder de la formación de ultraderecha, Tom Van Grieken, ha opinado este domingo que «Flandes quiere una política más de derechas y más flamenca». «Querido Bart, no dejes pasar esta oportunidad», ha añadido Grieken, dirigiéndose al líder del N-VA.
Tras la cita electoral de este domingo, y teniendo en cuenta los antecedentes de otras elecciones, se abre la incógnita de qué partidos gobernarán a nivel federal y regional. En las elecciones de 2019, las negociaciones para formar Gobierno se prolongaron durante 493 días y quedó fuera del gobierno federal de coalición el partido más votado, también el de los nacionalistas flamencos del N-VA.
Tras los resultados obtenidos este domingo y a la luz de las primeras palabras de su líder, Bart De Wever, no parece que en esta ocasión esa formación esté dispuesta a quedar al margen del Ejecutivo federal.
Por otra parte, los buenos resultados cosechados en Bruselas y Valonia por el partido liberal francófono MR, que ha superado en votos al Partido Socialista, tradicional ganador en esas regiones, ponen el foco en esa formación a la hora de pensar en posibles coaliciones.
El presidente del MR, Georges-Louis Bouchez, ha valorado el «momento histórico» y ha remarcado que el deber del partido es «poner en marcha nuestro programa y crear coaliciones que permitan llevar a cabo las reformas que los valones y bruselenses esperan».