El crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos en la Unión Europea ha sido constante, pero recientemente, los signos de desaceleración son evidentes. Con el aumento de la competencia, especialmente con la llegada de los coches eléctricos chinos, muchos proyectos de vehículos eléctricos se están enfrentando a una dura realidad. La demanda está muy por debajo de lo esperado, y los proyectos industriales están sobredimensionados, con una capacidad de producción muy superior a la demanda real. Esto ha llevado a situaciones en las que los fabricantes están muy lejos de los objetivos de rentabilidad que se habían fijado. Las fábricas se ven obligadas a reducir turnos, realizar paradas planificadas e incluso reducir su plantilla. Incluso Tesla se está encontrando con estos problemas.
A raíz de esta situación, surge una pregunta intrigante: ¿Y si la solución fuera replantear estos vehículos eléctricos como coches de gasolina? Volver a la combustión interna y redefinir los proyectos de coches eléctricos podría ser la solución para salir adelante ante una transición al eléctrico que no está desarrollándose como se esperaba.
Uno de los ejemplos más destacados de esta tendencia es el FIAT 500. El FIAT 500 comenzó a producirse en la localidad polaca de Tychy, cerca de Cracovia, en 2007. A lo largo de los años, FIAT ha ido evolucionando este modelo para mantenerlo competitivo en el mercado. En 2020, FIAT comenzó a producir el FIAT 500e en Miriafiori, Turín. Este coche completamente nuevo fue desarrollado para ser exclusivamente eléctrico. FIAT concibió el 500e como un eléctrico de volumen y dimensionó sus capacidades industriales en consecuencia. Sin embargo, el año pasado apenas se produjeron 77.260 unidades y, según Dataforce, se vendieron 62.000 unidades del FIAT 500e eléctrico y 104.000 del FIAT 500 de combustión interna.
En respuesta a esta situación, FIAT ha decidido tomar un camino atípico. En lugar de sustituir el modelo antiguo por uno completamente nuevo, han decidido transformar un vehículo que fue concebido como exclusivamente eléctrico, el FIAT 500e, para acoger mecánicas de combustión interna, en concreto un híbrido ligero de gasolina de 48 voltios. Esta tarea no será fácil y llevará su tiempo, pero FIAT considera que tiene todo el sentido del mundo. El nuevo 500 híbrido ligero ocupará el lugar del FIAT 500 lanzado en 2007, que ya ha dejado de producirse en Tychy. La producción de este nuevo 500 híbrido ligero en Miriafiori está prevista para comienzos de 2026.
Con este movimiento, FIAT espera cubrir la capacidad industrial de que dispone en Miriafiori. Según Gaetano Thorel, responsable de la marca FIAT en Europa, esperan que el nuevo 500 híbrido alcance unos volúmenes del entorno de las 100.000 y las 110.000 unidades anuales en Europa. Esto llevaría la producción del 500e eléctrico y el nuevo 500 híbrido en Miriafiori cerca de las 200.000 unidades.
En resumen, la transición a la electricidad no está yendo tan bien como se esperaba. Muchos fabricantes de automóviles están descubriendo que la demanda de vehículos eléctricos está muy por debajo de lo esperado, y están teniendo que enfrentarse a problemas de sobredimensionamiento. En respuesta a esto, algunos, como FIAT, están considerando la posibilidad de volver a los vehículos de combustión interna y están trabajando en proyectos para transformar los vehículos eléctricos en coches de gasolina. Sólo el tiempo dirá si esta estrategia resulta ser la solución a los problemas que enfrenta la industria del automóvil eléctrico.