La crisis en Gaza continúa intensificándose después de una operación de rescate llevada a cabo por Israel en el campo de refugiados de Nuseirat, situado en el centro de la región. Esta operación ha dejado un saldo de al menos 210 palestinos muertos y más de 400 heridos, según los informes emitidos por los hospitales locales.
La operación de rescate tenía como objetivo liberar a cuatro rehenes que habían sido secuestrados por Hamas el 7 de octubre. Las víctimas de la acción militar israelí fueron trasladadas al hospital Mártires de Al Aqsa, ubicado en la cercana ciudad de Deir al Balah, y al hospital Al Awda, en Nuseirat, según un comunicado difundido por la oficina de prensa del Gobierno de Gaza, actualmente bajo el control de Hamas.
Inicialmente, el Ministerio de Sanidad de Gaza informó que habían muerto al menos 55 palestinos y que decenas habían resultado heridos a raíz de la operación israelí. Sin embargo, no se proporcionó información detallada sobre cuántos de los fallecidos eran combatientes. Lo que se sabe es que entre los muertos se encuentran mujeres y niños. De acuerdo con las versiones de las autoridades palestinas, estas personas fueron alcanzadas cuando intentaban buscar refugio.
Un funcionario del hospital Al-Aqsa en Deir al Balah, en Gaza, informó que durante los intensos combates en la zona llegaron al menos 94 cadáveres al lugar. Khalil Degran, otro funcionario del hospital, habló con The Associated Press mientras continuaban los enfrentamientos y afirmó que también habían llegado más de 100 heridos al hospital.
Los reporteros de AP vieron cómo trasladaban a los muertos al hospital desde las zonas de Nuseirat y Deir al-Balah mientras el humo se elevaba a lo lejos. Las escenas de caos y desesperación eran evidentes en el hospital. «Mis dos primos murieron y otros dos resultaron gravemente heridos. No cometieron ningún pecado. Estaban sentados en casa», aseguró un pariente en medio del caos ensangrentado del hospital.
Al informar de la liberación de los cuatro rehenes, un portavoz del ejército de Israel señaló que habían hecho frente a «amenazas a nuestras fuerzas en la zona«. Este comentario parece sugerir que la operación militar israelí fue una respuesta a los ataques dirigidos contra sus fuerzas en la zona.
Esta escalada de violencia en la región de Gaza ha generado preocupación a nivel internacional y ha puesto en evidencia la frágil situación en la que se encuentra la región. Esta operación de rescate, que tuvo como resultado un número significativo de bajas civiles, podría intensificar aún más las tensiones entre Israel y los territorios palestinos, así como aumentar la presión internacional sobre ambas partes para que busquen una solución pacífica al conflicto.