La historia de Mohammad Ganjkhanlou, un talentoso ciclista iraní que ha buscado asilo en el Reino Unido, es un relato de fortaleza, resistencia y el poder del deporte para construir puentes entre diferentes culturas. Ganjkhanlou llegó a las Islas Británicas como uno de los mejores ciclistas sub-23 de Asia, con cuatro medallas de oro, dos de plata y seis de bronce en su haber. Su participación en el Campeonato Mundial de Ciclismo de 2023 en Glasgow fue notoria. Sin embargo, al terminar la competición, decidió solicitar asilo político en el Reino Unido debido a las circunstancias en su país natal, Irán.
Ganjkhanlou fue alojado temporalmente en un hotel en Reading, donde tuvo la suerte de unirse al Reading Cycling Club, un club ciclista local. A pesar de estar lejos de su esposa y amigos, Ganjkhanlou ha encontrado una nueva familia en el club y ha podido continuar entrenando y compitiendo en carreras. Sin embargo, hace un mes, recibió una notificación del Departamento de Interior del Reino Unido informándole que su estancia temporal en el hotel estaba a punto de finalizar.
Su próximo destino sería la barcaza Bibby Stockholm, conocida como la «cárcel flotante» para inmigrantes, anclada en Portland. Esta perspectiva ha causado una gran preocupación a Ganjkhanlou, quien teme que su salud mental se vea seriamente afectada si se ve obligado a vivir en la barcaza. El ciclismo ha sido su salvación y cree que estar en la barcaza sería «como estar en una prisión».
Michael Gray, secretario del Reading Cycling Club, ha expresado su preocupación por la situación de Ganjkhanlou. Según él, Ganjkhanlou necesita correr con el pelotón, ya que es parte de su naturaleza. Gray teme que el traslado a la barcaza pueda destruir no solo a un atleta, sino a una persona.
La ONG Care4Calais ha adoptado el caso de Ganjkhanlou. A pesar de que no llegó al Reino Unido cruzando el Canal de la Mancha en un bote, ha sufrido los rigores del ambiente hostil hacia los inmigrantes. Ha enfrentado la amenaza de deportaciones a Ruanda y los semiconfinamientos en la barcaza habilitada para medio millar de ocupantes.
Emma Clark, voluntaria de Care4Calais, ha advertido que la salud mental de Ganjkhanlou podría correr un grave riesgo si es enviado a vivir al Bibby Stockholm. Para un ciclista de élite como él, no poder entrenar ni competir en las carreras con su club local podría tener consecuencias inimaginables.
Actualmente, más de 67.000 inmigrantes que están pendientes de la solicitud de asilo se encuentran alojados temporalmente en unos 400 hoteles en el Reino Unido. El Gobierno británico había planeado habilitar varias barcazas como la Bibby Stockholm para ahorrar costes y actuar como factor disuasorio, pero las resistencias locales impidieron su despliegue.
Steve Smith, director ejecutivo de Care4Calais, ha denunciado estos planes del Gobierno británico. Según Smith, encerrar a supervivientes de tortura y de experiencias traumáticas en una «prisión flotante» es absolutamente inaceptable y completamente inhumano.
La historia de Mohammad Ganjkhanlou es un ejemplo de cómo los inmigrantes pueden hacer contribuciones valiosas a sus comunidades adoptivas y de cómo el deporte puede ayudar a superar las barreras culturales. Sin embargo, también arroja luz sobre los desafíos y dificultades que enfrentan muchos inmigrantes y solicitantes de asilo.