El domingo 9 de junio de 2024, el UCAM Murcia hizo historia al llegar a su primera final. El equipo, bajo la dirección de Sito Alonso, se dispone a enfrentar al Real Madrid en el WiZink en un intento de estar a un paso del título. Entre las filas del UCAM Murcia, una historia de vida inspiradora se destaca: la del cubano Howard Sant-Roos, quien anotó 13 puntos y ocho rebotes en el partido del sábado.
Sant-Roos es un verdadero trotamundos del baloncesto que dejó la pobreza de La Habana a los 16 años para convertirse en uno de los mejores defensores de Europa. «Con mi trabajo pude sacar a mi madre de la pobreza, eso me enorgullece», dijo.
A lo largo de su carrera, Sant-Roos ha jugado en la cuarta división italiana, Alemania, la República Checa, Turquía, antes de llegar a la Euroliga con Panathinaikos y CSKA y finalmente a España. «Mi carrera ha sido una aventura, un sueño. A cada paso, a cada equipo que iba era una aventura. Esa era mi idea: como vengo de donde vengo, en todo lo que me pase en adelante voy a tratar de rer, de estar concentrado para disfrutarlo. Creo que me ha ido bien por eso», reflexionó.
En el UCAM Murcia, Sant-Roos y sus compañeros de equipo han adoptado las «locuras» de su entrenador, Sito Alonso. «Es un loco total. Trae ideas al campo que desde fuera dices: ‘¿Qué está haciendo?’. Te convence a seguir las locuras. Y esos riesgos salen, nos han llevado a la final», compartió Sant-Roos.
Sant-Roos, un especialista en defensa, se enfrentará a algunos de los mejores jugadores exteriores de Europa, como Facundo Campazzo, Mario Hezonja, Dzanan Musa y Sergio Llull. «Es un desafío para mí. Tienen una plantilla que habla por sí sola. Tengo que traer mi mejor juego, para que no me pasen por arriba», afirmó.
A pesar de su concentración y seriedad en el campo, fuera de él, Sant-Roos es muy diferente. «Yo soy un loco, totalmente. Nada que ver el jugador con la persona. No sonrío mucho en el campo, estoy concentrado, haciendo mi trabajo. Fuera me gusta salir, jugar a la Play, ver animes. De vez en cuando mi puro, mi roncito cubano… Soy una pesona muy normal», reveló.
El baloncesto ha sido la clave para que Sant-Roos salga de la pobreza y provea para su familia. Si no fuera por el deporte, el cubano cree que sería tabaquero en su país natal, como muchos de sus familiares. Afortunadamente, encontró su lugar en el mundo del baloncesto y ha firmado para dos años más con el UCAM Murcia. «He encontrado mi sitio después de tantas aventuras. El clima, cómo me ha tratado el UCAM, a mi mujer y a mis hijos. A los 33 años tratas de encontrar algo que te haga sentir bien. Y me encanta España, la cocina, mi lengua madre y el clima. Sin el sol yo no soy nada, es fundamental», concluyó.