La tensa situación en Ucrania continúa escalando. La ocupación parcial de las regiones ucranianas de Jersón y Lugansk por Rusia ha llevado a la pérdida de vidas y a la destrucción de la propiedad. En un reciente informe, los funcionarios respaldados por Rusia en estas regiones anunciaron que los ataques perpetrados por Ucrania resultaron en al menos 28 muertes. Esta información llega mientras ambas naciones siguen intercambiando ataques con drones durante la noche.
El viernes, la ciudad de Sadove, en la región parcialmente ocupada de Jersón, fue víctima de un ataque ucraniano que dejó 22 muertos y 15 heridos. Según el gobernador Vladimir Saldo, respaldado por Moscú, las fuerzas ucranianas primero atacaron la ciudad con una bomba guiada de fabricación francesa. Posteriormente, volvieron a atacar con un misil HIMARS suministrado por los Estados Unidos. Saldo afirmó que el ataque fue deliberado, con la intención de causar un mayor número de víctimas mientras los residentes de las casas cercanas intentaban ayudar a los heridos.
Más al este, en la región de Lugansk, otro gobernador instalado por Rusia, Leonid Pasechnik, informó que se habían recuperado dos cadáveres más de entre los escombros tras el ataque ucraniano con misiles a la capital regional. Este informe eleva el número total de muertes a seis, con 60 personas heridas. Ucrania no ha hecho comentarios sobre ninguno de los dos ataques.
La guerra de drones entre las dos naciones también se ha intensificado. Durante la noche, la defensa aérea ucraniana derribó nueve de los trece drones rusos que sobrevolaban varias regiones de Ucrania. Estos incluyen la región central de Poltava, las regiones sudorientales de Zaporiyia y Dnipropetrovsk, y la región de Jrkiv, en el noreste del país. Según el gobernador de la región de Dnipropetrovsk, Serhiy Lysak, el ataque nocturno con drones causó daños en edificios comerciales y residenciales.
Por otro lado, Ucrania también lanzó una serie de drones sobre territorio ruso durante la noche del viernes. Según el Ministerio de Defensa ruso, 25 de estos drones fueron destruidos sobre varias regiones de Rusia, incluyendo Kuban, Astracán, la región occidental de Tula y la península de Crimea, que fue anexada por Moscú.
Además, las autoridades rusas informaron que las defensas aéreas habían derribado por primera vez drones ucranianos sobre la región de Osetia del Norte, en el Cáucaso Norte, que está a unos 900 kilómetros de la línea del frente en la región ucraniana parcialmente ocupada de Zaporiyia. Ucrania confirmó que este ataque con drones contra el aeródromo de Mozdok, en la región rusa de Osetia del Norte, fue una operación especial de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano.
A pesar de los daños menores e incendios causados por el ataque ucraniano, el gobernador local ruso, Sergui Meniaylo, reconoció que se habían cancelado todos los eventos masivos en el distrito que alberga el aeródromo para garantizar la seguridad de los ciudadanos. También se creó un gabinete de crisis tras este ataque, el primero que se produce en territorio de la región de Osetia del Norte.
Este recuento de los recientes acontecimientos en Ucrania y Rusia pone de relieve la creciente tensión entre las dos naciones y la continua escalada del conflicto. A medida que ambos países continúan intercambiando ataques y aumentando sus esfuerzos militares, la situación en el terreno se vuelve cada vez más peligrosa y volátil. A pesar de los numerosos llamados a la paz y las negociaciones, parece que el conflicto está lejos de terminar.